El 10 de julio de 1519, Hernán Cortés le notificó al rey Carlos V de España que había constituido la Villa Rica de la Vera Cruz, esto de acuerdo con sus Cartas de Relación, que son el testimonio de la Conquista.
Cortés dejó en manifiesto la importancia que tendrían las nuevas tierras para reafirmar el poder de su monarca ante otras potencias, como sus vecinas Francia y Portugal, la cual dominaba la ruta de “La especiería”.
Así como las Cartas de Relación, de Cortés, existen más documentos que ayudaron a construir la historia oficial, que, sin duda, está llena de mitos, información sesgada o mal interpretada. De boca en boca se fueron formando invenciones que con el tiempo se convirtieron en verdades.
Para analizar esas situaciones, el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma abrió el Coloquio “Hernán Cortés: 1519 – 2019”, en el Museo Nacional del Virreinato, en el Estado de México, con la conferencia magistral “Causas y mitos en la conquista de México”.
El arqueólogo presentó diversas pruebas encontradas en crónicas y códices de la época de la conquista, las cuales demuestran que el líder de los mexicas trató de alejarlo mediante la diplomacia e incluso a través de ofensivas militares.
Otro de los datos que desmitificó el arqueólogo, son las frases más recordadas tras la toma de la ciudad gemela de Tenochtitlan, Tlatelolco en 13 de agosto de 1521, y la captura de Cuauhtémoc, quien dijo a Cortés: “señor Malinche, ya he hecho lo que estoy obligado a hacer en defensa de mi ciudad y no puedo más, toma ese puñal que tienes en el cinto y mátame”.
“Lo que realmente habría querido decir el tlatoani, cuyas palabras pudieron haber sido afectadas por las traducciones hechas, del náhuatl al maya por Malintzin, y del maya al castellano por Jerónimo de Aguilar, sería: ‘toma ese puñal que tienes en el cinto y sacrifícame’”, explicó el arqueólogo.
De acuerdo con la cosmovisión de los mexicas, el investigador aseguró que cualquier guerrero debía morir, preferentemente, en un sacrificio ritual, de allí que, durante la guerra contra los españoles, los mexicas no priorizaron la muerte instantánea sino la captura de sus rivales.
“Lo que Cuauhtémoc seguramente quiso decir era que lo sacrificaran, no que simplemente lo mataran. Quería ser sacrificado, ofrendado a los dioses, como correspondía a un guerrero capturado en combate, para poder completar su ciclo como guerrero y acompañar al sol, es decir, a su dios Huitzilopochtli, desde el orto hasta el mediodía”, dijo Matos.
Sin embargo, ni Aguilar ni Cortés comprendían estos conceptos, quienes —pensando que quería que lo mataran— lo dejaron con vida. Un terrible destino para el tlatoani, pues ello impidió, según sus creencias, completar su ciclo como guerrero.
Los motivos de la caída y la Conquista
Durante su participación en el Coloquio, el investigador del INAH también afirmó que, a partir de 1520, cuando iniciaron las batallas más sangrientas entre los españoles y los mexicas, hubo, desde su óptica, cuatro causas fueron las que incidieron en la derrota de estos últimos.
La primera fue de orden anímico y se vincula con el hecho de que los hispanos estaban motivados por los favores políticos, económicos y de tierras que buscaban obtener de su rey en reconocimiento a sus servicios, además del apoyo de más de 300 comunidades indígenas que mermaron la fuerza y la economía mexica.
Otra causa fue que los mexicas no sólo fueron arrebatados de sus recursos alimentarios e hídricos —ya que, como es sabido, Cortés impuso un sitio a la ciudad-isla— sino que en muy poco tiempo y a diferencia de sus rivales, quienes casi no perdieron a ninguno de sus generales, vieron cómo sus líderes morían o eran despojados de su mando.
Para Matos Moctezuma, la caída de los mexicas se debió, entre otras cosas, a la falta de salubridad de los europeos
“Es difícil imaginar la impresión que debió causar a los guerreros mexicas, ver que su tlatoani, es decir, su más importante figura en lo militar y lo religioso, y cuyo cargo literalmente significaba ‘el que tiene el poder de hablar’, era tomado preso y sometido por unos extranjeros”, comentó el arqueólogo.
Matos añadió que otro factor fue la de la salubridad, ya que las enfermedades europeas, como la viruela, hicieron una importante mella en la población mesoamericana e, incluso, arrebataron la vida de Cuitláhuac, el nuevo tlatoani que habían elegido para reemplazar el vacío de poder.
La última causal fue la superioridad bélica y armamentística de los españoles, quienes gracias a sus aliados indígenas conocían las tácticas de guerra de los mexicas-tenochcas y de los mexicas-tlatelolcas, a la par que contaban con una mayor capacidad de fuego y de transportación naval.