El caso de Ray Rice y el incidente en el que golpeó y dejó inconsciente a su ahora esposa, Janay, revivió la discusión sobre la violencia doméstica. Pero ni los jugadores de futbol americano ni las parejas heterosexuales son las únicas que sufren este problema.
De hecho, un análisis de diversos estudios, realizado por científicos de la Escuela Feinberg de Medicina de la Universidad Northwestern, reveló que la violencia doméstica afecta a entre el 25 y el 75 por ciento de las parejas del mismo sexo.
Estas cifras las colocan por encima de las parejas heterosexuales (en las que una de cada cuatro mujeres es víctima, y los hombres en menos ocasiones), sobre todo considerando que la falta de representatividad y de reportes podría significar que los números son mucho más altos de lo que estos estudios encontraron.
Richard Carroll, profesor asociado de psiquiatría de la institución mencionada, señaló que “la evidencia sugiere que el modelo de estrés de las minorías podría explicar esta alta prevalencia”, y que “la violencia doméstica es exacerbada porque las parejas del mismo sexo están lidiando con el estrés adicional de ser una minoría sexual. Esto lleva a dificultades para lidiar con los problemas de violencia”.
Otra preocupación de los autores, que fueron liderados por Colleen Stiles-Shields, es que la investigación respecto a la violencia doméstica no suele tomar en cuenta a la comunidad LGBT.
“El tema de la violencia doméstica se ha explorado mucho, pero no ha mirado cuidadosamente al subgrupo de las parejas del mismo sexo”, dijo Carroll. “Otro obstáculo es obtener muestras apropiadas, por el estigma que se asocia con la orientación sexual. En el pasado, los individuos no querían hablar de ello”.
Y afirmó que las investigaciones que sí se han hecho suelen enfocarse en las parejas e lesbianas, y no en los hombres homosexuales o bisexuales, quizá porque los hombres son más escépticos de presentarse como víctimas, o como individuos incapaces de defenderse.
Otra razón es que las parejas del mismo sexo, además del miedo común al momento de reportar la violencia doméstica, sienten temor a ser rechazados por su orientación sexual, o de revelarla antes de sentirse cómodos.