A principios de este año, la dirección de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala ordenó el retiro de la totalidad de médicos internos pasantes de pregrado (MIPS) que se encontraban en Hospital General de Ecatepec “José María Rodríguez”, luego del fallecimiento del estudiante de la carrera de Médico-Cirujano.
Jorge Alejandro López Rivas falleció a las 17:40 del 4 de enero, 29 días antes se había contagiado de COVID-19 en el hospital donde laboraba.
Familiares señalan que el joven murió debido a las complicaciones de la enfermedad y a que fue obligado a trabajar aún cuando ya se conocía que estaba enfermo de COVID-19.
Jorge tenía 29 años y era médico interno de pregrado en el hospital Doctor José María Rodríguez, en Ecatepec al igual que cientos de jóvenes que sufren malos tratos en algunos hospitales de la capital, según varios testimonios a los que tuvo acceso Índigo.
Después de nueve meses de la muerte de Jorge y luego que pareciera que el plan de vacunación contra COVID-19 en México está comenzando a domar la pandemia, los médicos internos de pregrado siguen siendo la carne de cañón en los hospitales COVID-19.
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Por ejemplo, en el Hospital General Dr. Juan Ramón de la Fuente que se encuentra en la alcaldía Iztapalapa 40 médicos internos de pregrado (MIPS) se han contagiado de COVID-19, pero en los últimos dos meses son nueve los estudiantes que han enfermado.
Y aunque autoridades capitalinas declararon este viernes que la Ciudad de México ya se encuentra en niveles de semáforo verde, debido a que los casos de COVID-19 continúan a la baja, hace apenas unos días la Organización Panamericana de la Salud (OPS) anunció que “de ninguna manera la pandemia está domada”.
Incluso, la organización aseguró que “casi todos los países de la región, incluyendo México, están reportando una transmisión comunitaria y se esperan brotes y situaciones de transmisión alta en muchas áreas del continente hasta entrando el 2022”.
🌎 Durante el último mes, hemos visto ⬇️ las infecciones por COVID en toda la región, incluso si los casos siguen siendo altos. Durante la última semana, se reportaron casi 1.2 millones de casos de COVID-19 y 24,000 muertes relacionadas con COVID – @DirOPSPAHO https://t.co/zGKR3PJSCk
— OPS/OMS (@opsoms) October 6, 2021
No cuentan con el equipo necesario para protegerse de COVID-19
Médicos internos de pregrado (MIPS) denuncian que no han recibido el equipo necesario para protegerse adecuadamente contra COVID-19; además, de que en el hospital donde están laborado no hay filtros para los pacientes.
“Creo que para nada se ha manejado de una buena manera (la pandemia) por parte de la autoridad, desde el hecho en qué no se asegura al personal, ni a los pacientes pues no hay filtros”, señala una de las entrevistadas.
“Tenemos suerte si nos dan cubrebocas tricapa”, señala el entrevistado, quien prefiere no revelar su nombre.
También denuncian un trato preferencial hacia algunos médicos y que las autoridades niegan al personal con sospecha de COVID-19 la realización de pruebas diagnosticas.
“Falta proporcionar equipo de protección personal, y el poco que es otorgado se reparte en su mayoría por afinidad en las relaciones interpersonales, incluyendo también los deficientes filtros de ingreso de pacientes y personal”, indica.
“No nos han prestado ni equipo de protección personal, ni tampoco nos han realizado pruebas COVID-19 a tiempo, aunque tengamos contacto con casos positivos nos las han negado”, señala otro testimonio.
Esto pese a que los MIPS se encuentran en contacto con pacientes COVID-19, pues son ellos quienes realizan la mayoría de los procedimientos.
Malos tratos, humillaciones y acoso
Los MIPS también denuncian que en los hospitales sufren malos tratos por parte del personal de la salud, incluso han experimentado situaciones donde han sido acosados.
“Sufrí acoso sexual por parte del director de un hospital pediátrico donde tuve mi rotación por pediatría”, señala una de las entrevistadas.
Y no es una situación aislada otro de los médicos también reveló que ha sido acosado en dos situaciones; sin embargo, ninguno de los dos denunció por miedo a represalias.
Estas situaciones siguen ocurriendo pese a que existe un protocolo para la prevención, atención y Sanción del Hostigamiento Sexual y Acoso Sexual en los hospitales, el cual fue publicado el 3 de enero del presente año.
También señalan que experimentan violencia psicológica y un ambiente de alto estrés laboral.
“En mi caso particular, he vivido la desagradable experiencia de ser abusada psicológicamente, ser insultada y humillada”, relata.