¿Miedo a vivir en un planeta destruido? Podrías tener ecoansiedad

El miedo a vivir en un planeta deteriorado lleva a los jóvenes a desarrollar crisis que los profesionales en México aún no están preparados para atender
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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La incertidumbre sobre las consecuencias por el cambio climático y cómo éste afectará el modo de vida empieza a invadir las mentes de la juventud, genera estrés y dudas, y lleva a los psicólogos a replantearse la atención de un trastorno que emerge: la ecoansiedad.

De acuerdo con Javier Urbina Soria, profesor investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la ecoansiedad provoca diversas emociones en quienes la sufren, que en su mayoría son jóvenes.

“La ansiedad es uno de los ejemplos o una de las emociones que dispara la cuestión ambiental. La depresión es el elemento más profundo que puede incluir o no a la ansiedad, pero también puede ser inducida por las condiciones ambientales.

“La lista de posibles efectos psicológicos es amplia. Puede ser enojo, la propia desesperanza, la ira, estrés postraumático, la depresión, abuso de sustancias, agresión, violencia interpersonal, deterioro de la función cognoscitiva de las personas, entre otras”, señaló.

Y agregó: “Por ejemplo, si el calor es exagerado puede llevar a cuestiones agresivas o a disputas comunitarias, como ocurrió recientemente en Nuevo León con la falta de agua. Entonces, los efectos psicológicos dentro de la persona y entre las personas pueden ser muchísimos a causa de factores ambientales”.

Si bien el número de afectados por la ecoansiedad irá creciendo en los próximos años, los efectos de ésta se pueden minimizar buscando la parte positiva ante cualquier adversidad y haciendo acciones, como poniendo “nuestro granito de arena” para cuidar el planeta.

“Creo que podríamos aplicar tres puntos que en psicología nos dan solución. Uno: si algo te está preocupando, lo primero que debes hacer es conocer lo necesario sobre ello. Dos: tú ya sabes que está el problema, pero ahora que ya lo conoces un poquito más, te afecta. Y tres: no solo debes saber y sentirte afectado sino hacer algo. Promover que algo cambie para que estemos mejor. Esto se puede aplicar para las personas que tienen ecoansiedad”, comentó el investigador.

Aunque actualmente no se contempla como un tema de salud pública, la ecoansiedad es un problema que a futuro tendrá grandes consecuencias y que incluso “puede llegar a ser un motivo fuerte”.

“Tenemos psicólogos clínicos para terapia familiar, para niños, para adicciones, para otros campos, pero todavía no tenemos psicólogos preparados para atender clínicamente problemas derivados de cuestiones ambientales.

“Hay que trabajar para que en las escuelas y universidades se vayan incorporando poco a poco elementos ambientales en las materias de resolución de problemas, en la parte educativa y en la parte social. Esto va ir creciendo y en Europa ya se está analizando mucho más”, concluyó Javier Urbina Soria.

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