México suma Convento franciscano en Tlaxcala como nuevo Patrimonio Mundial de la Humanidad

Tras casi 27 años de batalla, la UNESCO distinguió la belleza, valor e importancia cultural e histórica del Conjunto Conventual Franciscano y Catedralicio de Nuestra Señora de Asunción de Tlaxcala
Karina Corona Karina Corona Publicado el
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El Conjunto Conventual Franciscano y Catedralicio de Nuestra Señora de Asunción de Tlaxcala se suma a la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Se trata del primer monasterio de la orden franciscana edificado en el valle que une a los estados de Tlaxcala y Puebla, coronado al oriente por el volcán Popocatépetl.

El Comité de Patrimonio Mundial aprobó su incorporación a la declaratoria de los “Primeros monasterios del siglo XVI en las laderas del Popocatépetl”, cuya ruta forma parte de la Lista de Patrimonio Mundial desde el 17 de diciembre de 1994, el cual incluye 14 inmuebles conventuales, 11 en Morelos y tres en Puebla, construidos por las órdenes dominicas, agustinas y franciscanas.

Sin embargo, para volver a incluir al convento en la Lista Indicativa de Patrimonio Mundial de México, (sitios que están trabajando en un expediente, investigación y en un plan de conservación), de la cual había sido excluida, se tuvieron que realizar varias estrategias, entre ellas atender la edificación como parte del plan de reconstrucción del Instituto Nacional de Antropología e Historia, (INAH), después de los sismos del 2017, así como diversas acciones para garantizar su conservación.

Para ello, la directora de Patrimonio Mundial del INAH, Luz de Lourdes Herbert, detalló que hubo una inversión de casi 18 millones de pesos, de los cuales 11 millones han sido aportados por el Gobierno federal y siete millones por el gobierno estatal para la prevención y el sistema eléctrico dentro del templo.

“Se pudieron cambiar las instalaciones eléctricas desde el interior del convento, fue un gran logro porque estaba en riesgo, era una instalación vieja con muchas carencias. Como instituto estamos haciendo que confluyan los trabajos en Puebla, Morelos y Tlaxcala, así como velar por el plan de manejo, gestión y conservación integral”, agregó Herbert.

La develación de la placa de Patrimonio Mundial en el exconvento de San Francisco será el próximo 10 de agosto

Plan de acción para patrimonio en Tlaxcala

El ICOMOS, órgano consultivo en materia de conservación y protección del patrimonio mundial, también señaló varios aspectos a atender por parte de las autoridades a fin de garantizar su conservación y protección a corto y largo plazo, las cuales tiene como fecha límite para ser atendidas febrero de 2022.

Entre ellas se encuentra el ajuste de los límites de la construcción, incorporar las áreas que proporcionan evidencias del antiguo atrio inferior y del huerto, además aplicar medidas de protección sobre la autenticidad y antigüedad del complejo ante los posibles efectos adversos que ocasiona el desarrollo urbano.

“Una de las recomendaciones es que se amplíe el área de amortiguamiento para que se pueda considerar el atrio bajo, esto se tiene que ver, porque actualmente está ocupado por la Plaza de Toros y otros predios de particulares. Hemos visto que estos sitios, a veces, se descuidan mucho y hay un impacto por el desarrollo urbano. Tendremos que hacer toda una propuesta junto con el municipio, el Centro INAH-Tlaxcala y el gobierno del estado para ver cómo vamos a protegerlo y bajo qué esquema con la legislación”, abundó Lourdes Herbert.

Herbert expuso que el INAH propone un plan de gestión y de conservación integral que vele por todos los conventos que forman parte de la declaratoria de los Primeros Monasterios del siglo XVI.

“Es una figura de gobernanza que permitirá articular tanto a autoridades federales, estatales y municipales con la sociedad para trabajar sobre cuáles serían los proyectos que se deben impulsar, por ejemplo, en el caso del grafiti, buscar la forma para que este tipo de impactos negativos hacia los bienes, puedan ser minimizados, trabajando con la apropiación de estos bienes, por ejemplo, para que la sociedad se vuelva vigía y participe en el proceso de conservación de estos bienes”, explicó.

El plan de manejo también contempla acciones de mantenimiento menor como la limpieza, desinfección y uno mayor que implica la impermeabilización de azoteas, cambiar aplanados, restituir elementos que se estén destruyendo, una instalación eléctrica en el exterior, así como el cuidado de las áreas verdes.

“Queremos que confluya un consejo ciudadano de personas que tengan conocimiento y que podamos trabajar con ellos en la delimitación y en la extensión de esta área de amortiguamiento, pues sí es una cuestión que tenemos que trabajar de manera conjunta”, apuntó Herbert.

Para Diego Prieto, titular del INAH, la inclusión del templo dentro del Patrimonio Mundial de la UNESCO es un triunfo para el país y permite mostrar la diversidad del patrimonio cultural de México en el escenario internacional. Además, consideró que esta incorporación era fundamental para reconocer a un monasterio franciscano que no solo fue el primero construido en el valle tlaxcalteca – poblano, ya que sus antecedentes se remontan a 1525.

“Es una evidencia material del papel que los tlaxcaltecas desempeñaron, en el siglo XVI, para la reconfiguración de los pueblos y las culturas que habitaban Mesoamérica durante la época del choque cultural que supuso la llegada de los europeos al continente”, detalló.

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