México sin medidas de salud
Con el documental Familia de medianoche, se expone la las carencias del sector salud en el país, ya que ni siquiera existen suficientes ambulancias en Ciudad de México para transportar a accidentados y enfermos a hospitales, su director Luke Lorentzen, observa que tampoco se está preparado para una pandemia como el coronavirus
Hidalgo NeiraEn 2015, una mañana como cualquier otra, Josué Ochoa de ocho años juega de manera improvisada futbol en la vía pública, utilizando las puertas traseras de una ambulancia como una portería, esta escena llamó la atención de Luke Lorentzen al observar al niño justo enfrente de su domicilio de la colonia Condesa.
El estadounidense graduado en Historia del Arte, por la Universidad de Stanford bajó de su departamento y comenzó a platicar con la familia Ochoa, quienes le invitaron a que fuera partícipe de la cotidianidad de ellos: circular por la Ciudad de México en búsqueda de personas accidentadas o necesitadas de traslados hacia hospitales, porque esa es la labor a la que estos personajes se dedican, a cualquier hora del día, incluso pasada la media noche.
Lorentzen pasó de su comodidad neoyorkina, de su burbuja social en la colonia Cuauhtémoc a vivir la realidad en la capital mexicana, con solo subirse al transporte de los paramédicos y acompañarlos en esa experiencia radical que es el ver en carne propia, la fragilidad entre la vida o la muerte.
“En esa primera noche vi un mundo increíble, ambulancias privadas que están llegando a accidentes, porque el gobierno no llega y vi muchas preguntas éticas, que estaban metidas en el trabajo de una familia intentando poner comida en la mesa y al mismo tiempo salvar vidas, qué complicado es”, describe Lorentzen en entrevista con Reporte Indigo.
Tres años después de grabación y edición, Lorentzen obtuvo el resultado, tener el documental Familia de medianoche, que en el 2019 dio vuelta al mundo en el circuito de festivales y ahora se estrena a nivel nacional el 7 de marzo.
Después de observar con los Ochoa, que el sistema de salud pública en México es deficiente, Lorentzen afirma que la nación no se encuentra preparada para combatir una pandemia como el coronavirus, ya que ni siquiera Estados Unidos tiene los avances médicos para mitigar el virus.
El sistema roto
Una vez que Lorentzen se subió a la ambulancia de los Ochoa, su cuerpo bajaba de ella, pero su mente se quedaba en el vehículo, con los problemas que veía cotidianamente junto a la familia, y estos le trasminaron durante los tres años que estuvo siguéndolos con cámara en mano para hacer el documental.
“Es un país en el que el 60 por ciento de la gente trabaja de manera informal, y los Ochoa han elegido salud prehospitalaria, es increíble ver que es un hueco muy importante el que están llenando y como digo en la película, el gobierno en esta ciudad tiene menos de 45 ambulancias por 9 millones de personas; aquí donde estuvimos grabando en la Roma y Condesa, pasamos dos semanas sin ver una ambulancia de gobierno”, recuerda el estadounidense.
Muchas veces este clan vive al día, alcanzando apenas para una comida al día, por lo que Lorentzen expresa que este oficio es tan castigado como cualquier otro, ya que apenas reciben los pagos por sus servicios, y están lejos de lucrar con su transporte médico.
“Las ambulancias privadas sí tienen problemas, el sistema está totalmente roto, porque ni los Ochoa, ni los pacientes están sobreviviendo, tú me dices que ellos lucran, pero hay semanas difíciles para ellos, van al Oxxo para comprar latas de atún para cenar, porque un paciente no pagó, porque piensa que la ambulancia tiene que ser gratis, es un mundo lleno de confusión”, platica.
Entre David Fincher y Michael Glawogger
Películas acerca de la vida de paramédicos, son contadas en la industria fílmica, un claro ejemplo es Vidas al límite (1999) de Martin Scorsese, en la que Frank Pierce (Nicolas Cage) es un técnico prehospitalario agobiado por recordar a los pacientes que no ha podido salvar, de esta cinta Lorentzen revela que nunca la ha visto, pero que sí ha tomado influencias de otros cineastas tanto independientes como consagrados.
“Estuve viendo películas de David Fincher y al mismo tiempo documentales muy oscuros como Workingman’s Death de Michael Glawogger y también documentales tradicionales, quería conectar todos esos géneros, quería sobretodo hacer una película que fuera una experiencia”, agrega el realizador.
Aunque pasó bastante tiempo grabando con los Ochoa, Lorentzen comenzó a tener las tomas que realmente quería en verano del 2018, alrededor del 75 por ciento de su película, se obtuvo en las últimas tres semanas de rodaje.
“Lo que me encanta de los Ochoa y la ambulancia, es que es un mundo en el que puedo ver reflejadas muchas películas y que tienen relación con la historia, por un lado es un thriller y otro es como algo muy observacional y etnográfico, y pude ver que lo que estuve viendo tiene emociones increíbles”, subraya el director.