En los últimos tres años, la industria del entretenimiento ha crecido de manera considerable. Producciones de teatro, cine y televisión no sólo han aumentado significativamente, sino que cada vez ganan más notoriedad en esferas nacionales e internacionales. Ante el nuevo reto que México enfrenta, se ha hecho evidente la carencia de una formación académica de una de las profesiones angulares para esta industria, la dirección escénica.
Para Ignacio Flores de la Lama, director de CasAzul Artes Escénicas Argos, hay varias maneras de entender el trabajo de un director de escena. La más tradicional, dice, es que es el encargado de contar la historia, es un storyteller que con su propia narrativa y recursos, evidentemente plásticos que parten de la composición, hace una lectura de la realidad y la lleva del lenguaje literario (guión) al lenguaje de acción en el escenario (puesta en escena o en cámara).
“Pero hay otra visión, que es todavía más compleja y elaborada, porque nos habla de un creador de universos, de mundos paralelos; finalmente, los directores lo que hacen es contribuir al imaginario de la sociedad con su propia visión de los hechos”, afirma Flores de la Lama.
En concreto, un director de escena más que contar una historia, construye un mundo, por lo que tiene su propia estética, narrativa e interpretación. Para lograrlo, debe trabajar con muchos elementos, los dos más básicos son los que configuran la puesta en escena y los de la dirección de actores.
Tradicionalmente los directores mexicanos se han formado en la práctica, son actores o personas que trabajan en el ámbito y que van aprendiendo sobre el quehacer diario, pero a menos de que hayan tenido oportunidad de estudiar en el exterior, no tienen una formación académica formal en dirección.
La profesionalización de esta actividad es una gran oportunidad para que la escena mexicana tenga un nuevo aliento con un grupo de expertos capaces de crear lenguajes que exploren espacios no comunes.
“Siempre será mejor tener ligadas a la vocación y la experiencia con un entrenamiento sistematizado, en el caso concreto de la dirección escénica, muchos años ha sido el resultado de vocaciones que se quieren probar en la práctica; sin embargo, los nuevos tiempos nos dan la posibilidad de tener estructuras y procesos sistematizados para la formación de directores. La escena nacional y la industria audiovisual lo están demandando”, argumenta el director de CasAzul.
Además, hay una cuestión aritmética que lo puede probar, porque tiene que ver con la cantidad de producciones audiovisuales de México en estos días que requieren de personas profesionistas en el área del entretenimiento y esto tendría que ver con dramaturgos, guionistas, productores, actores y con directores de escena.
Figuras que inspiran
Recientemente, nombres de mexicanos han resonado por el mundo entero. Su talento dentro del ámbito del entretenimiento les ha hecho ganar reconocimientos internaciones. Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu Guillermo del Toro y Emmanuel Lubezki, son algunas de las figuras que se han convertido en la inspiración de muchos.
“Estos personajes que se vuelven modélicos sirven como referentes para las nuevas generaciones y esto es el principio de las vocaciones.
“Me parece que Iñárritu, Del Toro y Lubezki están estableciendo referentes, son nuevos paradigmas de lo que se puede alcanzar en estas disciplinas, y eso me parece genial; una sociedad que se enriquezca en términos culturales y artísticos termina estando blindada frente a tantas cosas, incluidas la corrupción y la criminalidad”, indica Flores.
Caballero comenta que existen más nombres de mexicanos dentro del teatro que también están destacando dentro de los mejores a nivel mundial, pero de ellos no se habla mucho, aunque su trabajo se ha presentado en festivales importantes de Berlín, Francia y Egipto.
El teatro, la base firme
José Caballero se topó con el teatro desde muy joven. Empezó a participar como actor en un grupo del Seguro Social, donde estuvo por un año trabajando y después pasó a la preparatoria, donde de manera espontánea fundó, junto a sus compañeros, un grupo de teatro del que estuvo a cargo de la dirección. Así fue como inició en el teatro, puso tres obras durante el tiempo que estuvo en la prepa y saliendo de ese nivel escolar ingresó al Centro Universitario de Teatro, de la UNAM.
La inquietud por las artes escénicas ha crecido enormemente, el teatro mexicano desde principios del siglo XX ha sido una actividad muy importante, Así como Caballero, México ha tenido a grandes creadores en el terreno de la dramaturgia, la dirección, la actuación, y poco a poco, ese trabajo ha permeado a otros medios de comunicación.
“Hay una larguísima tradición de arte dramático a través de la televisión, por la cuestión de las telenovelas y las teleseries, y pronto se fue sintiendo la influencia de la gente de teatro en el cine, esto ha tenido un desarrollo lógico que, a últimas fechas, ha sido verdaderamente una explosión con la llegada de las nuevas producciones a través de Internet, de tal manera que existe hoy en día una enorme demanda de gente dedicada a la dirección de las artes escénicas en distintos medios”, opina el director de teatro.
En México no había una carrera enfocada exclusivamente en formar directores, estaban las que dependían del estado, como las de la UNAM y el INBA, que tienen carreras de teatro que derivan en áreas de especialización en dirección. Ante la necesidad, CasAzul decidió actualizarse para poder enfrentar este reto.
“CasAzul por muchos años ha sido reconocida como una escuela de actuación, que depende de una empresa productora que es Argos, que hace cine y televisión, por lo tanto, el lenguaje audiovisual tiene que ser parte de nuestro ADN, no queda fuera, lo que pasa es que nuestra escuela le ha apostado al teatro de manera preponderante, porque la consideramos la gran base, y esto tiene que ver con la antigüedad, con el tiempo específico que nos da la historia. El teatro, por lo menos desde que los griegos lo articulan y lo forman, tiene como 25 siglos, y la cámara de cine tiene poco más de 120 años y la de tele como 70 u 80, lo que quiere decir, que el teatro seguirá siendo para nosotros la gran plataforma, el gran basamento para la formación de un actor, de un director, de un guionista, que empieza por la dramaturgia”, explica Flores de la Lama.
El programa busca formar al futuro director de una manera integral asegurando que tenga los conocimientos necesarios para dicha profesión, como analizar un texto, composición plástica, comunicación efectiva con el resto de los creadores, así como saber cómo levantar proyectos propios y asegurar que lleguen al lugar indicado.
“Contamos con un espléndido cuerpo docente en la distintas áreas que un director debe trabajar, por ejemplo, tenemos la presencia de dramaturgos, escenógrafos, directores, coreógrafos, iluminadores, diseñadores de vestuario de primer nivel; entonces, el contacto con ellos, con su experiencia, puede resultar en una práctica constante con respecto a la realización de las puestas en escena”, asegura Caballero.
Algunos de los más destacados profesionistas de la escena mexicana forman parte de este programa académico, por ejemplo, Luis de Tavira, Benjamín Cann, Mario Espinoza, Jorge Ballina, Rodolfo Obregón, Sergio Cataño, Claudio Sodi, Phillipe Amand, Fernando Martínez Monroy, Alberto Villarreal, Alberto Rosas, Ángeles Castro Gurría, Rosaura Bichir y Mauricio Ausencio.