‘México es un país surrealista’.-Carlos Ann
Carlos Ann asegura que la música tiene un papel sanador, además de que ayuda a romper fronteras y unificar culturas; el cantante catalán critica el reguetón, pero alaba el tequila, porque, dice, al igual que el arte tiene el poder de transformar mentes
Fernando FrancoCataluña es la tierra del músico y compositor Carlos Ann, aquella que quiere y defiende pero que, además, ensalza por su autonomía y ser una de las cunas del surrealismo español, esa rama artística que se opacó con la Guerra Civil, pero que resistió y no eclosionó.
En ese tenor, Carlos confiesa que lo que más le ha aportado México, país en el que gira constantemente, son sus grandes dosis de surrealismo, esas que pasan desapercibidas para la mayoría de los nómadas, pero que para los migrantes son dignas de contarse y, si se puede, retratarse.
El maestro Carlos Ann alaba en sus obras musicales lo que artistas plásticos de su región, como Àngel Planells o Joan Massanet, hicieron en lienzos: sentimientos, vivencias, modos de ver la realidad, distintos siempre y, sobre todo, lo que emana de su corazón.
Además de las cuestiones surrealistas que dejan perplejo a Carlos, el tequila, ese líquido que transforma al igual que el arte, pero de manera más distorsionada, se encuentra presente en su memoria pues cuando visita México siempre lo reciben con él.
“México siempre me trata bien, la gente que conozco me da demasiado tequila, todo es perfecto, y como veo al país con una gran dosis de surrealismo, al igual que mi Cataluña, pues no puedo hacer más que sentirme en casa”, confiesa.
Música, arte y poder para Carlos Ann
En entrevista con Reporte Índigo, Carlos Ann afirma que para él la música tiene un papel sanador, además de que, en tiempos en que líderes mundiales pugnan por levantar muros, ayuda a romper las fronteras y unificar culturas.
“Gracias al arte, música incluida, nos olvidamos de esta triste realidad, de esta dictadura que quieren imponer los de arriba. Si nos inmiscuimos en el arte, éste nos ayudará a morir fuera de esa realidad, de estas fronteras físicas y mentales”, señala Ann.
En tiempos donde lo multimedia aporta herramientas para continuar con la creación, dejando un poco (sólo un poco) los lienzos, las cintas, las pinturas y lo palpable, el compositor asegura que él se ha adaptado y ahora le ha “entrado” a la realización de videoclips, de esos que ya inundan YouTube.
“Aparte de mi carrera como músico, hago puntualmente trabajos de producción musical. Acompañé, por ejemplo, a Marcela Viejo, quien formaba parte de Quiero Club, en la producción de su nuevo material. Le produje el álbum y hasta le ‘entré’ a hacer un videoclip. El disco se llama Pequeñas profecías y es algo que me encantó”, cuenta Carlos sobre su nuevo periplo en el arte multimedia
Sobre la reciente eliminación del reguetón en los Latin Grammys, Ann asegura que el género es “horrendo” y que, si Oscar Wilde levantara la cabeza nuevamente, de seguro diría, “algo hice mal”.
Además, cuenta que sus letras son poéticas, por lo que sus seguidores son personas inofensivas. “Yo no hago música para gustar a toda la gente, son creaciones que salen del corazón o de vivencias propias. Las personas que me han seguido se han dado cuenta, pocos están en el canal del reguetón”.
El considerado por muchos como maestro en la composición confiesa que sus obras son como un cóctel que se trabajó arduamente en una licuadora, en la cual vertió sus vivencias, anécdotas, sueños y también una que otra experiencia del mundo no visible.
Sobre la música en el aire, intangible, sin un objeto que la sostenga a un pedazo de cinta o pistas visibles en un acetato o CD, Carlos Ann considera que las redes sociales musicales benefician, pues ahora hay un abanico grande para elegir cómo escuchar música.
“Los más melómanos le damos al vinil, pero combinamos nuestra experiencia con las redes como Spotify o iTunes. Creo que ahora quien no escucha música es porque no quiere”, opina.
Para finalizar, Carlos, quien se considera un viajero musical, afirma que su carrera está empezando: “para mí este tiempo que he dedicado a mi carrera ha sido sólo un ensayo y ahora viene la representación de la obra. Creo que me queda todo por hacer”.