México entre ‘ninis’ desempleados y deprimidos

Los mexicanos tenemos mucho de qué preocuparnos y ocuparnos. Las oportunidades para ingresar al mercado laboral en el país son escasas. Hay que sobrevivir al desfase entre oferta y demanda. A la vez hay que encarar la cruda realidad de que, en México, conseguir un buen empleo, con un salario competitivo, se ha convertido en todo un reto. 

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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Millones desempleados en países de la OCDE
En México, 4.5  por ciento de mujeres y 2 por ciento de hombres padecen depresión, según la  última Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica
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Los mexicanos tenemos mucho de qué preocuparnos y ocuparnos. Las oportunidades para ingresar al mercado laboral en el país son escasas. Hay que sobrevivir al desfase entre oferta y demanda. A la vez hay que encarar la cruda realidad de que, en México, conseguir un buen empleo, con un salario competitivo, se ha convertido en todo un reto. 

A fines junio de este año aludimos en este espacio que de entre los 34 países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México se encuentra en el tercer lugar con 24.7 por ciento de jóvenes “ninis” (“ni estudio, ni trabajo”). 

Es decir que uno de cada cuatro jóvenes en el país no estudia ni trabaja, informó un reporte publicado por la OCDE titulado “Panorama de la educación 2013”.

En medio de este panorama desolador, hay que ingeniárselas para, además, encontrar la manera de ser más productivos y atractivos para los reclutadores.  Y debemos hacer uso de nuestra creatividad para aumentar las fuentes de ingresos. 

Estas fueron las conclusiones del informe “¿Trabajar más y ganar mejor? La interrogante del desempleo ante el bajo crecimiento”, realizado por el Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey (CIEN), en el Estado de México.

De acuerdo al informe, la tasa de desocupación mensual hasta septiembre de este año se ubicó en 5.3 por ciento para el total de la población (5.1 y 5.5 por ciento para hombres y mujeres, respectivamente). Estos niveles están por encima de los observados en el mismo periodo en 2012, año en el que las tasas se situaron en 5.0 para el total (4.7 hombres y 5.4 para mujeres).

Respecto a las cifras de desocupación por nivel de estudios, apuntó el reporte, “continúan reflejando una falla estructural que denota el alto grado de precarización del mercado laboral mexicano: una precarización de la demanda de trabajo”.

Entre las problemáticas que señala el estudio del CIEN, citó CNN, está la falta de estrategias para que los egresados hagan frente a los protocolos en materia de inserción laboral. Así como encontrar la empresa que los contratará, tener los conocimientos para emprender un negocio o llegar a los mejores esquemas de contratación y remuneración. 

El informe indica en sus conclusiones que “cada vez será más complicado y lento el proceso para salir del actual escenario si lo que impulsa el crecimiento son factores exógenos que traen únicamente beneficios en el corto plazo, los cuales garantizan un crecimiento sostenido de la economía que permita un ingreso justo para las familias y los trabajadores mexicanos”. 

Deprimidos y sin dinero

De acuerdo a la segunda edición del reporte titulado “How’s Life?” (“¿Cómo está la vida?”) publicado por la OCDE, los niveles de felicidad de quienes residen en países como España, Italia y Grecia bajaron significativamente entre el periodo 2007 –cuando estalló la recesión económica global– y 2012. 

Grecia reportó una disminución de 20 por ciento en los niveles de satisfacción con la vida, mientras que países como España e Italia registraron un descenso de 12 y 10 por ciento, respectivamente. 

Y no es para menos. Hoy existen más de 16 millones de personas desempleadas en los países que forman parte de la OCDE, en comparación con los que había antes del 2007.

Y hay 16.5 millones de personas que han permanecido sin empleo por más de un año.

Para este estudio se evaluaron 11 dimensiones del bienestar humano, entre ellas el ingreso y la riqueza, empleo, las condiciones de vivienda, salud, el tiempo que las personas dedican a las amistades, las emociones y la satisfacción con la vida en general, entre otros indicadores. 

Con excepción de países como Reino Unido, Alemania, Dinamarca, Suiza, Canadá y Australia, que destacaron entre los países “más felices” de la OCDE, en los que fueron “golpeados severamente por la crisis”, se reportó una reducción importante tanto en los niveles de satisfacción con la vida, como en la confianza depositada en las instituciones de gobierno.  

El informe señala que quienes tienen niveles de educación e ingresos más bajos reportan un estado de salud pobre, participan menos en la comunidad y experimentan menores niveles de bienestar subjetivo. 

Ángel Gurría, quien es Secretario General de la OCDE, dijo a la BBC que el reporte es una “llamada de atención” para la organización. “Es un recordatorio de que el propósito principal de las políticas económicas es mejorar la vida de las personas. Necesitamos replantear cómo posicionar las necesidades de las personas en el corazón del diseño de políticas”.

La ‘epidemia’ de la depresión

Esta semana se publicó un estudio en la revista científica PLoS ONE, en el que se revela que, en comparación con otras enfermedades y lesiones, el trastorno depresivo mayor, conocido como depresión clínica, es la segunda causa de discapacidad a nivel global, particularmente en las personas que se encuentran económicamente activas. Y las mujeres son las más afectadas. 

Las tasas más altas se registraron en Afganistán, mientras que en Japón se reportaron las más bajas. La depresión ocupó el primer lugar en Centroamérica y el Sudeste Asiático. 

También se encontró que la depresión mayor es la undécima de las principales causas de carga global de enfermedad. 

En el estudio, encabezado por Alize Ferrari, de la Universidad de Queensland, en Australia, se tomaron como referencia los datos reportados en el Estudio sobre la Carga Global de Mortalidad 2010 (GBD, por sus siglas en inglés). 

En México, 4.5  por ciento de mujeres y 2 por ciento de hombres padecen depresión, según la última Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica de 2003.

En este sentido, el estrés a causa del desempleo y de la insatisfacción laboral juegan un rol fundamental en el desarrollo de trastornos depresivos. Combinada con otros factores sociales, la depresión puede llegar a escalar al suicidio, o al menos a conductas suicidas, particularmente en el caso de los jóvenes. 

Mexicanos depresivos

Recientemente se publicó en este espacio que a diferencia de la depresión en las mujeres, la depresión masculina es más difícil de detectar, ya que los síntomas permanecen “ocultos” bajo ciertos factores socioculturales. El empleo, la pareja y la salud son algunas de las “pérdidas” que reportan los hombres como fuente de depresión. 

El hecho de estar desempleados “(…) los ubica dentro de un estado de vulnerabilidad (…)”, dijo Clara Feliz, doctora en Psicología Social por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

También se dio a conocer que las personas que pierden “de un día para otro” su fuente de ingresos no solamente ven acelerado su reloj biológico,  de forma particular los hombres, sino que su riesgo de desarrollar una enfermedad asciende a 83 por ciento.  

Peor aún, si la pérdida del empleo es debido a una crisis económica a mayor escala, el sector salud también se ve fuertemente golpeado. Habrá recortes en el presupuesto gubernamental y un menor número de instituciones a las que se podrá acudir para recibir atención sanitaria.

 

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