Florián, músico argentino, ha explorado su propio camino musical en los últimos tres años como solista mientras colabora con Los Fabulosos Cadillacs. Este viaje, aunque lento, ha sido cuidadoso y consciente, destacando la importancia de las herramientas que ha forjado para su crecimiento y la autenticidad que inyecta en cada nota.
Mirando hacia atrás, Florián abraza tanto los aciertos como las caídas en su camino. Cada canción, incluso aquellas que no reflejan su identidad actual o revelan obstáculos mentales superados, ha contribuido a su evolución artística. Ahora, después de culminar la grabación de un nuevo disco que aún no tiene título, se siente más representado que nunca.
“Las fallas fueron maestras para mí, pero hoy veo con claridad el proceso. Me encuentro en un buen momento, seguro de las canciones que poseo. Anhelo y deseo que esto se expanda y llegue a mucha gente”, comparte Florian.
Este álbum, compuesto de ocho sencillos, es el fruto de dos años de trabajo y momentos desafiantes para el artista. En el presente, Florián experimenta un renacimiento musical, confiado en sus creaciones y listo para compartir su alegría en escenarios alrededor del mundo.
“Hace apenas un mes terminé de grabar el disco. Fue un proceso complejo; estuve mucho tiempo buscando mi lugar en los escenarios, descubriendo qué quería hacer y encontrar mis canciones. Por primera vez en mi vida, me siento totalmente representado con lo que he creado. Es como un renacimiento”, revela.
Así encontró su voz
Uno de sus mayores aprendizajes ha sido el descubrir su voz. Tras lanzar su primer álbum X Amor, en noviembre de 2021, el cantante confiesa que está en el camino de conocerla más a fondo.
“Todavía estoy conociendo mi voz, porque canto desde hace poco, estoy sacando vicios no sabía que tenía. Sé que soy un cantante, intento cantar desde un lugar emocional. A mí me convoca el sentimiento, no soy un cantante virtuoso, ni pretendo serlo, creo que nunca se me dé, como otros cantantes virtuosos donde pueden hacer un montón de cosas con la voz.
“Uno tiene que aprender a construir puentes, primero, en uno mismo y después transmitirlo. Fueron dos años de componer muchísimo, muchas cosas se fueron a la basura, pero me sirvieron para darme cuenta de por dónde era el camino. Ha sido de escuchar mucha música, revisitar géneros que me encantan, analizar por qué me gustan, qué cosas puedo incorporar y usarlas de inspiración”, narra.
El piano y la guitarra han sido sus fieles compañeros en este viaje musical, proporcionando un lugar de compañía. Florian disfruta sentarse a tocar el piano, no solo por el placer, sino también para encontrar palabras y sentimientos, considerándolo un compañero constante a lo largo de su vida.
Este proceso, a su vez, le ha ayudado para encontrar su propia musicalidad, algo que va tomando forma a través de ritmos “vintage”, inspirados en músicos como Paul McCartney, Damon Albarn, Andrés Calamaro, Spinetta o Mc Miller.
“El cómo tiene que sonar es como un como un tercer o cuarto paso, primero necesitaba encontrar una emoción y después la música y una forma de contarlo.
Traté y trato de cantar las cosas de una forma en la cual me siento cómodo con lo que estoy diciendo y sienta que es un tono en el que estoy expresando lo mejor posible lo que lo que quiero decir, en ese sentido. Me siento en proceso, así que sigo en ese análisis constante”, explica.
Su amor por México
Tras presentarse a principio de este año en el Foro el Tejedor, el cantante visitará México nuevamente para realizar una pequeña gira. Florián se presentará el 14 de noviembre en la Ciudad de México en el Bajo Circuito, un día después en Puebla en el Bar 1940, y el 17 de noviembre en Mérida en el Festival Soñarte.
El músico cuenta que un pedazo de su corazón está en México, por lo que considera que tiene un profundo y duradero vínculo con este país que ha sido parte fundamental de su vida y carrera.
En sus palabras, México representa mucho para él, y su próxima gira con su banda es una oportunidad significativa para nutrir ese lazo profundo.
“Por diversos motivos es un país al que fui muchísimas veces, creo que fui casi todos los años de mi vida. He ido de paseo, a tocar con distintos proyectos, en lugares grandes y chicos. Siento un trato muy particular, siempre es emocionante tocar allá, porque me reciben con muchísima pasión”, indica Florián.
El último concierto que realizó a inicios de este año fue su segunda presentación como solista; actualmente indica que llega, por primera vez, con su banda, por lo que representa una oportunidad muy importante.
Florián se presentará el 14 de noviembre en Bajo Circuito, a las 20:00 horas. Bajo Puente de Cto Interioir, colonia Condesa, Ciudad de México
“No voy allá dando por sentado mi lazo con el país, también me interesa que crezca, regarlo, como cualquier vínculo de amor no se sostiene solo por lo que pasó, también se sostiene y crece cuando uno está dispuesto a arreglarlo y a entregar algo.
“Cada oportunidad de ir para allá es una oportunidad nueva de que crezca mi relación con el país, así que voy muy decidido a seguir regando este puente tan lindo que siento con México”, expone.
Florián no solo ama la música y la energía artística de México, sino que también se sumerge en su gastronomía, la cual ocupa un lugar especial en su corazón, considera que es lo que más le gusta en el mundo. También siente admiración sobre la abundancia de arte en todas sus formas, desde la música hasta las artes plásticas, destacando la imponente energía y pasión que impregnan cada ciudad.
Para el cantante, México no es solo un destino, sino un lugar lleno de inspiración, amor y una conexión que sigue creciendo con cada visita.
La relación con su padre
Florián comparte una conexión especial con su padre, Vicentico, vocalista de Los Fabulosos Cadillacs, que va más allá de la relación típica entre padre e hijo. Aunque no busca recomendaciones de él, encuentran en la música y el arte un terreno común para enriquecedoras charlas. Comparten experiencias laborales en la industria musical, convirtiendo esos intercambios en oportunidades para comprender diferentes perspectivas
“Mi padre es una persona como todos mis familiares cercanos con la que comparto charlas sobre música y arte. Es cierto que compartimos el trabajo y el rubro, entonces siempre son intercambios enriquecedores, pero no desde un lugar de la recomendación”, comparte.