Menos yoga y más acción
Un nuevo estudio sugiere que en los trabajos que fomentan técnicas de cavilación y relajación se dificulta el desempeño de las tareas cotidianas porque lo que se necesita para resolverlas es un estado consciente y de optimización
Hidalgo NeiraPreferirías trabajar para Google, Apple o una empresa transnacional que provee de espacios donde puedes hacer meditación? Parece el sueño de todo godín, el vivir en un estado relajado y que parece que combate al estrés de la oficina.
Pero este estado de “pensamiento zen” en lugar de ser motivante puede llegar a ser contraproducente para las labores diarias, al menos eso es lo que arroja un estudio realizado por expertos de la Universidad Católica Portuguesa y de la Universidad de Minnesota.
Y es que después de realizar un ejercicio con oficinistas en donde un sector había realizado meditación y otro se había involucrado en enfocarse en noticias o escribir sobre sus actividades diarias, los investigadores determinaron que quienes habían hecho relajación tenían niveles de motivación más bajos en comparación con sus otros compañeros.
Además el haber meditado no benefició ni restó valor a la Menos yoga ymás calidad del trabajo de un participante, según publicaron los académicos en The New York Times.
Entonces, ¿hay que meditar o mentalizar para estar mejor en horas de oficina? Primero reflexionar, luego ayudar.
La especialista indica que la mentalización y meditación no están peleadas con que ocurran en un ámbito laboral, lo correcto es estudiar cuándo es que esto es más conveniente para que se aplique dentro de una dinámica oficinista y los empleados también tengan un desempeño preciso en sus actividades diarias.
“Quizá se puede buscar un espacio más óptimo tanto de horario como de lugar en el que claro que la meditación puede ayudar a motivar a los empleados, o se les puede enseñar como una herramienta de vida. Cuando los niveles de estrés sean muy altos, cuando sea fin de mes, en esos momentos creo que se podría utilizar”, reflexiona Fernández.
La mentalización puede lograr optimizar las labores profesionales sobre la meditación, esto porque procura que las personas se encuentren en un estado del aquí y el ahora, en lugar de tener un desapego a su cotidianeidad.
“A diferencia de la meditación, la herramienta del mindfulness, de la mentalización, puede ser mucho más útil, porque la mentalización se puede practicar en todo momento, mientras que la meditación a mi parecer requiere un espacio, que esté relajado el individuo (…) la mentalización podría promover mejor concentración entre los empleados, que estén más preocupados por sus resultados, rendir al máximo el día de hoy, es más una herramienta de inteligencia emocional”, aclara la psicóloga.
Incentivar la motivación
Más allá de otorgar compensaciones económicas o recompensas físicas en un área de trabajo, lo que se necesita para lograr que los empleados se encuentren incentivados es reconocer sus esfuerzos, según comenta Fernández.
“Lo que más ayuda para motivar a un empleado es que constantemente se reconozcan sus logros, que haya un reconocimiento frente a los demás, que puedas tener aspiraciones a subir de puesto y no sólo de sueldo, que tenga más responsabilidades, que se confíe en ti”, agrega la experta.
Otro de los logros actuales que la terapeuta resalta de las compañías es que se permite trabajar desde el hogar o existe facilidad de horarios, además de áreas recreativas al interior de las oficinas.
“Muchas empresas han estado estableciendo el home office o trabajar medio día en la oficina únicamente, que haya espacios lúdicos dentro de la oficina y creo que eso ha ayudado a que los empleados se sientan más motivados por el clima que hay dentro de la empresa”, comparte Fernández.
Esto está respaldado por una encuesta mundial realizada por Gallup en la que las empresas con empleados más comprometidos superan a otras compañías en cuanto a crecimiento y productividad.
El soma millennial
Todo parece apuntar a que el entrar al universo de la meditación se ha convertido en una moda pasajera, algo que no se toma en serio y sólo se usa el recurso sin profundizar en él, como una especie de soma, la droga que utilizan los personajes de Un mundo feliz, tal como Aldous Huxley lo predijo en su novela en la que la sociedad prefiere ignorar su realidad que enfrentarla.
Esta tendencia hacia el adoptar sin arraigo distintas corrientes de pensamiento o maneras de vida que proponen un bienestar, tergiversan movimientos como la meditación, por la falta de seriedad en las generaciones actuales de tener un apego a una disciplina y querer ver un resultado inmediato por sólo un rato de introspección personal.
“Creo que justo es uno de los problemas de la generación millennial, el compromiso real, el comprometerse con una práctica y la meditación y la yoga a profundidad requieren de un gran compromiso”, señala Regina Fernández.