‘Memorias de un asesino: Las cintas de Nilsen’, ¿una pérdida de tiempo en Netflix?

Querido, lector: Mi opinión vertida en La Cinemágora y en este artículo no representa la perspectiva del medio
Carlos Ramírez Carlos Ramírez Publicado el
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Esta semana se estrena una de esas producciones de Netflix que generan morbo e interés debido a que retrata la historia del asesino serial Dennis Nilsen. Se trata del documental “Memorias de un asesino: Las cintas de Nilsen”.

La historia se recopiló a partir de más de 250 horas de grabación que habían quedado sin escuchar. La producción consiguió a este archivo personal que había quedado abandonado en la celda de Nilsen tras su muerte, el 12 de mayo de 2018.

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¿DE QUÉ TRATA?:

Con fecha de estreno para el 18 de agosto, el documental muestra el caso del asesino serial y necrófilo, quien en los años 80 mató a, al menos, 15 personas en Londres.

Un documental muy informativo

Primero que nada, el documental de Netflix se toma una hora y 24 minutos que resultan suficientes para trazar el perfil psicológico del asesino, quien buscaba víctimas jóvenes y vulnerables para después esconder los cuerpos bajo el piso.

Aún más, la producción está a cargo de los creadores de la exitosa serie de misterio “No te metas con los gatos” y está dirigido por Michael Harte quien consiguió, con su equipo, indagar en la vida del homicida así como en el testimonio de policías, periodistas, sobrevivientes y familiares de víctimas.

Con el trasfondo de la Gran Bretaña de los años 80, cuando el desempleo masivo atraía a los jóvenes a Londres en busca de fortuna sólo para encontrarse en la indigencia y como presa fácil, el documental evidencia la vida de Dennis Nilsen.

Entrelazando entrevistas de la policía, periodistas, supervivientes, familias en duelo y, por primera vez, la propia voz del asesino, este largometraje documental explora cómo Nilsen fue capaz de salirse con la suya con múltiples asesinatos y ataques, sin ser cuestionado, durante cinco años.

Nilsen cometió sus crímenes entre 1978 y 1983, en una época en la que el desempleo masivo hacía migrar a los jóvenes a Londres con la promesa de trabajo. Sin embargo, según consignó el sitio Stylist, estos chicos terminaban viviendo en la calle, lo que los convertía en blancos fáciles.

A su vez, se lo conoció como el “asesino de Muswell Hill”, por el distrito en el que cometió los crímenes, y el “asesino amable”, por su excusa para atraer a sus víctimas. Pese a que había confesado 15 asesinatos, en su autobiografía La historia de un niño ahogado, que fue publicada tras su muerte, reconoció otros tres ataques.

Nilsen era un exmilitar que atraía a sus víctimas, mayormente indigentes, a su casa, con la promesa de darles comida, alcohol y refugio. Las asesinaba, las bañaba y vestía sus cuerpos para prepararlos para actos sexuales (necrofilia).

Nilsen declara: “Me duele mucho que me consideren un monstruo”. Y justifica: “No soy un monstruo. Soy un hombre… incómodo, ¿no?”.

¿Una pérdida de tiempo?

En “Memorias de un asesino: Las cintas de Nilsen” encontraremos una biografía bastante pesada. Se trata de una investigación completa, pero con un dinamismo algo pobre si se compara con otras producciones de temática similar.

Curiosamente, el documental comienza por el final pues es conocido que Nilsen fue atrapado gracias a sus vecinos. A comienzos de 1983, el vecindario se había cubierto de un extraño olor que salía de sus cañerías y, como estaban tapadas, llamaron a un plomero. El hombre encontró carne humana putrefacta flotando en las tuberías del edificio, por lo que se decidió llamar a la policía.

Se inició una investigación que arrojó que los restos podían venir de la vivienda de Nilsen, quien en aquel entonces tenía 37 años. Cuando el hombre volvió del trabajo, encontró tres oficiales en su puerta. Y uno de ellos, Peter Jay, le dijo: “Muéstrenos los otros cuerpos”. Lejos de lo que esperaba escuchar, el asesino confesó: “Sí, pasen; están en el armario y en el baño”. Además reconoció haber matado 15 o 16 personas. “No me acuerdo”, afirmó.

Es probable que esta estructura le reste mucho interés al documental y se desmarque en calidad respecto a otras producciones en las que el suspenso es similar al de una película de misterio.

Si eres amante de este tipo de documentales acerca de asesinos seriales, es probable que encuentres una producción gris y casi pobre y seguramente una pérdida de tiempo.

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