Hace dos meses, más de 30 millones de niñas y niños comenzaron sus clases desde casa, dándole la bienvenida a una nueva era educativa; sin embargo, las diferencias que hay entre sus aulas y sus hogares son claras.
Por ello, pedagogos, psicólogos y diseñadores comparten algunos consejos para ayudar a los padres de familia a que sus casas sean un sitio idóneo para la enseñanza.
Patricia de la Fuente, pedagoga experta en educación infantil y directora de Servicios Educativos para el Desarrollo Infantil (SEDI), asegura que independientemente del tamaño de la casa donde se viva, es esencial que el niño tenga su propio espacio para tomar clases en línea. Por ejemplo, si es en el comedor, que éste sea sólo para él durante las horas en que esté conectado.
“La privacidad es esencial para desarrollar el aprendizaje porque, aunque en las aulas siempre haya muchos niños, cada uno de ellos tiene su pupitre, su espacio personal: eso contribuye a que desarrollen capacidades para resolver problemas de manera independiente”, dice De la Fuente.
Linda Shamai, diseñadora de interiores y cofundadora de Studio 20.25, comparte por otro lado que lo ideal es que las paredes tengan colores claros y que haya la mayor cantidad de luz natural posible, pues un espacio bien ventilado e iluminado contribuye considerablemente a aumentar la productividad de una persona, según un análisis realizado por Studio 20.25, despacho mexicano que, durante esta pandemia, se ha dedicado a crear espacios para clases en línea y home office, con base en las neurociencias aplicadas al interiorismo.
El verde claro genera concentración y promueve la calma; el naranja estimula la actividad mental y genera energía, y el azul mejora la productividad. “Hay que elegir sólo un color, no podemos sobresaturar al cerebro con tantos. Si lo hacemos, el niño perderá capacidad de concentración”, resalta Shamai.
Para la diseñadora, otro de los tips más importantes es adaptar parte de la casa a las y los niños. Por eso es esencial tener mobiliario infantil e instalar a su alcance todo tipo de elementos que ellos puedan utilizar durante sus clases.
“Quizás pienses que es mucho gasto comprar una silla de su tamaño o un escritorio, pero la inversión vale la pena (…) Piensen en un colegio: ¿acaso en los salones hay sillas para adultos? Procuremos entonces que sus herramientas (vasos, tuppers, plumas, tijeras, reglas) sean adecuados para su edad. ¿Se imaginan que nosotros tengamos que trabajar con una laptop tres veces más chica de lo normal? No, ¿verdad?”, subraya Shamai.
Finalmente, Isabel Gutiérrez, psicóloga por la Universidad Iberoamericana, recomienda que los padres le pongan atención a sus hijos durante las clases, pero solo la necesaria para no rebasar la línea de su autonomía.
Un alumno de 10 o 12 años ya tiene la capacidad de hacer solo sus actividades escolares, pero alguien de 6 años requerirá de mayor atención. Lo ideal es preguntarles: ¿en qué necesitas apoyo? Además, no se debe intervenir en las dinámicas que sólo corresponden al maestro y al estudiante: recordemos que los niños ya tenían una rutina.
