> Tomar gaseosas provoca caries, osteoporosis y problemas renales, debido a que contienen ácido fosfórico y el benzoato de sodio.
> El agua carbonatada –que no es agua mineral– en el refresco provoca secreción gástrica, incrementa la acidez del jugo gástrico y causa flatulencias.
> El ácido ortofosfórico presente en los refrescos puede causar irritación en la piel y en los ojos, cuando se consume a largo plazo y en grandes cantidades.
> De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), beber refrescos incrementa el riesgo de padecer diabetes y obesidad, tanto en niños como adultos.
> Los refrescos provocan gastritis y dañan los huesos y los dientes. Además fomentan la aparición de problemas cardiacos.
> Un estudio publicado recientemente en la revista científica Circulation señaló en sus resultados que el consumo de las bebidas azucaradas podría ser la causa de 184 mil muertes en adultos, cada año. Dejar de consumir estas bebidas evitaría decenas de decesos por enfermedades cardiovasculares, entre otros males.