Con Megan Fox siempre llega el escándalo. No importa que hable de su cumpleaños, de su nuevo embarazo (el tercero) o de su nueva película, “Tortugas Ninja: Fuera de las sombras”.
La actriz, llamada en más de una ocasión como el ícono sexual del nuevo milenio, sabe llamar la atención. No solo con su cuerpo, ya en avanzado estado de gestación, sino también con sus declaraciones (que le suelen causar problemas).
Hace un mes cumplió 30 años y es una de las intérpretes más deseadas del mundo, esas que revistas como Maxim o FHM buscan para su portada, y cuenta que lo celebró en la intimidad.
“No soy amiga de pompa y circunstancia. Así que socialicé en familia porque, entre otras cosas, si organizara una fiesta no tendría mucha gente a la que invitar”, cuenta feliz de ser huraña.
Un varón más
“Este que viene será uno más: un varón. Voy por el equipo de baloncesto”, dice revelando el sexo de su próximo bebé el tercer niño tras su primogénito, Noah Shannon, y Bodhi Ransom, de casi cuatro y dos años, respectivamente.
“Me estoy acostumbrando a estar embarazada cada dos años”, añade como broma.
A pesar de las maledicencias, los tres tienen el mismo padre, el también actor Brian Austin Green, 12 años mayor que ella.
Se casaron en 2010 tras varias rupturas durante su noviazgo. Y hoy han vuelto los rumores y los paparazis porque el matrimonio anunció su divorcio el pasado agosto y pocos meses más tarde la actriz sorprendía en una alfombra roja con un avanzado embarazo, y hoy no se sabe si hay o no reconciliación.
“Todos los embarazos me pillan por sorpresa”, dice sin más. “Soy muy maternal y me gusta estar rodeada de niños, pero nunca los he planeado. Son almas que me llegan y estoy abierta a recibir en este mundo. La maternidad es gran parte de quién soy en esta vida”, se explica.
A Fox también le gusta la astrología, cree en los horóscopos, le gusta la meditación y no se llama budista porque aún le queda mucho por aprender, dice una mujer criada en el seno de una familia ultracristiana de Tennessee, que de niña entraba en trance místico cuando iba a la iglesia.
En su perfil de Instagram se describe como “hija de una tribu Cherokee”, “ninfa de los bosques” y “Leo con ascendente lunar”.
Ella siempre ha tenido claro quién es. A los 2 años tenía muy claro que iba a ser actriz; y a los 20 que se carga su carrera insultando al hombre que le dio una oportunidad en Transformers, Michael Bay, en una de las peleas más sonoras del Hollywood actual.
Las aguas se han calmado en su carrera y en su vida personal. Pero Fox sigue sin cerrar la boca, cansada del doble estándar de la meca del cine.
“Que nadie se ofenda, pero los hombres solo sirven para matar arañas”, deja dicho de manera muy seria.
Sus planes para el futuro incluyen seguir trabajando, pero en televisión con la serie “New Girl” donde “se trabaja con menos presión”.
También quiere buscar nuevos horizontes fuera de la interpretación, donde solo la valoran por su cuerpo, en otras áreas educativas donde se aprecie su intelecto, según a asegurado en una entrevista para el diario español El País.