El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador inició su mandato expresando su compromiso con los pueblos originarios de México. Recibió el Bastón de Mando, con el cual reiteró su respeto hacia estas comunidades quienes, ahora, representados por un grupo de parteras tradicionales y colectivos de médicos externan que la medicina tradicional indígena está en peligro de desaparecer.
Esto debido a que el pasado 21 de abril la Cámara de Diputados aprobó el dictamen de reforma que pretende reformar y adicionar diversas disposiciones a la Ley General de Salud en materia de Medicina Tradicional Indígena para su evaluación.
Ante ello, el 16 de septiembre del año 2021, profesores de investigación científica y docencia del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), junto con varios colectivos publicaron, a través de Change.org, una petición dirigida a la Presidenta de la Cámara de Senadores, Olga María del Carmen Sánchez Cordero. En este documento le solicitan que sea rechazado, sin posibilidades de enmiendas, a través de su representación sindical.
Amparo Sevilla, Maestra en Antropología Social, comentó a Reporte Índigo que reformar artículos de la Ley General de Salud es una pretensión muy grave, pues cada región del país tiene sus propios conocimientos.
“Al pretender estandarizarse todos estos conocimientos, prácticamente se está proscribiendo un conocimiento ancestral. El reconocimiento de la diversidad en este país ha costado mucha sangre y al parecer sigue costando mucho trabajo que el legislativo y funcionarios entiendan que somos un país con una diversidad cultural enorme”, explica Sevilla.
“¿Cómo pretenden certificar a los médicos tradicionales, igual que el que está detrás de un escritorio, porque lo pusieron o porque es amigo de alguien? Son cosas que no se pueden regular”
De acuerdo con la antropóloga, el objetivo del Dictamen es adjudicar al Estado mexicano, a través de la Secretaría de Salud, la competencia de “regular”, “utilizar” y “aprovechar” la medicina tradicional indígena, estandarizando sus prácticas bajo normas de la medicina hegemónica que, por su origen y naturaleza, son ajenas a las culturas de los pueblos indígenas.
“Dado que los diputados de la anterior legislatura no lo entendieron, una estrategia fundamental es informar al pueblo de México de este grave intento de atropello que nos llevaría al etnocidio. En caso de que se quiera enmendar el dictamen con las pretendidas reformas, por la gravedad de su contenido, pasaríamos a mostrar su carácter anticonstitucional”, aclara.
Esto, por dos razones, la primera de procedimiento dado que se omitió la consulta previa, libre e informada a los pueblos y comunidades indígenas, afromexicanas y equiparables, requisito fundamental para determinar el consentimiento o rechazo a la propuesta de reforma. La segunda por transgredir lo establecido en el Art. 2 constitucional referente al reconocimiento de la libre determinación y autonomía de los pueblos.
Griselda Isabel Soriano Carreño, médica tradicional y miembro de la red autónoma de médicos y parteras tradicionales de México, recalcó que hace unos años se reformó una ley parecida a lo que se quiere hacer actualmente, hechos que ponen en evidencia las violaciones a los derechos colectivos de las parteras, quienes están a punto de desaparecer.
“En la Ciudad de México están registradas 10 parteras, quienes no pueden trabajar, pues la jurisdicción de la Secretaría de Salud no les permite dar el certificado de alumbramiento”.
“El médico tradicional tiene como fundamento trabajar en lo espiritual y lo emocional, son psicólogos, acompañantes, los que cuidan el pueblo. Si se regula esta medida tiende a desaparecer nuestra cultura, pues la tradición la hace el pueblo”, opina.
