Tal vez en los años 60 se dio una era de desenfreno sexual en países como Estados Unidos y México, pero en la actualidad hay un fenómeno ambivalente: esta generación es la más sexualizada pero la menos activa.
Desde la preadolescencia se envían packs (paquetes con imágenes indecorosas y sugestivas, tales como nudes), realizan actividades como sexting y se liberan en redes sociales y en Internet, ya que las aplicaciones como Snapchat o Instagram ofrecen servicios de mensajería que borran el contenido en el lapso de 24 horas.
Además, las redes sociales son una extensión de la realidad, en la que aparentemente no hay límites.
Irónicamente, la sociedad actual es la que menos tiene relaciones sexuales, por estar casi las 24 horas del día interactuando con gadgets y dispositivos como teléfonos inteligentes. Pero a la vez es una sociedad sexualizada, en el que el contenido de este tipo está en todos lados, sin censura y fuera de los tabúes.
‘No hay tiempo’
Una de las razones por las que las personas están dejando de tener relaciones sexuales es que la comunicación “cara a cara” se ha limitado a causa de la convivencia digital constante. Y como dice una investigación publicada en The Journal of Sexual Medicine, pareciera que a la mayoría se le ha olvidado que una vida sexual activa mejora el estado de ánimo, ayuda a bajar de peso y disminuye el riesgo de enfermedades como cáncer.
En los últimos cuatro años, los habitantes de países como Estados Unidos y México tuvieron hasta nueve veces menos sexo que en el periodo que comprendió del 2010 al 2013.
El ritmo de vida, la adicción a los dispositivos móviles y la falta de comunicación fomentan que las personas tengan menos sexo
Ni los millennials
La “falta” de sexo también es un fenómeno entre la Generación Millennial, un estudio de la Universidad Estatal de San Diego, en California, determinó que los jóvenes tienen menos relaciones sexuales que la juventud en 1990.
La investigación realizada este año reveló que, en promedio, un joven noventero practicaba sexo durante 62 veces al año. En 2010, se registró que esa cifra era de 53 veces.
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