Hay personas que aseguran que los síntomas de su asma han disminuido –si no es que desaparecido– de forma importante desde que tienen perro en casa. Y podría ser cierto.
El año pasado aludimos en este espacio a un estudio que demostró que los microbios que se encuentran en el polvo que generan los perros en casa protege a los pequeños contra las alergias.
Ahora, un estudio realizado por investigadores del Centro Alemán de Investigación de Salud Ambiental, revela que exponerse al medio ambiente microbiano de la piel y el pelo de los animales podría tener un efecto protector contra el asma y las alergias.
En el estudio, cuyos resultados fueron presentados esta semana en el Congreso Internacional de la Sociedad Respiratoria Europea (ERS, por sus siglas en inglés), en Munich, Alemania, se evaluaron datos de 2 mil 441 recién nacidos –sanos–, como su exposición a la piel animal durante los tres primeros meses de vida (55 por ciento) y el estado de su salud hasta llegar a los 10 años.
Y se encontró que dormir en contacto con piel animal estaba asociado con un menor riesgo de diversos factores ligados al asma: aquellos bebés que durmieron en piel animal tenían 79 por ciento menor riesgo de desarrollar asma a los seis años, en comparación con los niños que no lo hicieron.
El riesgo de sufrir este padecimiento se redujo a 41 por ciento a los 10 años.
Según reportó Time, Christina Tischer, autora del estudio, dijo en un correo que la piel de oveja es uno de los tipos de pieles más comunes que se emplean en cama. Y que las alfombras de piel no suelen tratarse con pesticidas o fuertes agentes químicos. “Creemos que este pelo de animal podría actuar como reserva para diversos tipos de componentes de microbios que (se acumulan) con el paso del tiempo en la piel de los animales”.
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