Ciento un vehículos convertibles de colección, de diferentes épocas, marcas y países de fabricación permanecerán hasta el próximo domingo 2 de diciembre en el Centro de Exposiciones y Congresos de la UNAM en la Ciudad de México.
“Son 101 historias de autos convertibles que despeinan a sus tripulantes, naves de aventuras, lustrosas, cromadas” las que forman parte de la cuarta edición Retromobile 2018 con autos deportivos y dedicada al Sol y la Luna .
Los visitantes podrán disfrutar un fin de semana con gafas de sol, ambientado sobre arena y alfombra verde, en donde posan desde el majestuoso y robusto Jaguar, el Ford Fairlane Sunliner 1958, hasta el carisma del FIAT Topolino 49, con sólo 15 caballos de fuerza a ritmo de “Pretty Woman, walkin’ down the street”.
La Federación Mexicana de Automóviles Antiguos y de Colección (FMAAC) reunió en esta exposición un Ford A 1928 con llantas tipo carreta; los Karmann Ghía de Volkswagen; el diminuto francés Vespa 400 Azul con maletero; y el Ford Mustang 1969, con 290 HP.
“Si estos vehículos se conservan todos los días, cada mañana incrementa su valor económico y cultural, pero para nosotros la estimación que les tenemos es invaluable”, aseguraron Silva Gutiérrez, Jorge Saviñón y Raúl Valdés, presidente, vicepresidente y secretario de la FMAAC, respectivamente; grandes apasionados coleccionistas.
Los convertibles brillan en esta esta muestra que exhibe una “extraña joya rodante”, un Nash 1950, jamás restaurado y del cual sólo se fabricaron nueve mil 300 piezas.
Donde la regla es “si el toldo baja, el precio sube” nadie le compite en tanta aventura enllantada al Cadillac 76; al sobrio Galaxie de excesivas dimensiones y fuerte de raíz; soltar un guiño a un BMW Isetta 57, que se abre como puerta de refrigerador al frente, biplaza, tres llantas, atípico; o despierte la nostalgia de los capitalinos el Volkswagen Sedán, Cabriolet 1966.