Algo mágico, casi hipnótico es lo que desprende la imagen de Marilyn Monroe, sin duda, el mayor icono femenino del siglo XX. Actriz, modelo y cantante que, con su picardía, inteligencia y sensualidad, dominó las pantallas del cine y la cultura pop a nivel mundial.
A sus 20 años decidió cambiar el castaño de su cabellera por el rubio, un rubio Marilyn, tonalidad que la acompañó para siempre, junto con sus labios rojos y el lunar que decoraban su rostro, símbolos que la inmortalizaron y llevan a recordarla hoy, a 60 años de su muerte, ocurrida a sus tempranos 36 años.
“La historia de Marilyn Monroe o de Norma Jean, podría verse como una personalidad dividida, entre la muchacha que vivió una infancia difícil, con una madre que enloqueció, que pasó por varias familias adoptivas, diferentes tipos de abusos a lo largo de su vida y un primer matrimonio siendo una adolescente”, relata José Antonio Valdés Peña, crítico de cine.
Un contexto histórico complejo para Marilyn Monroe
El director de la Filmoteca de la UNAM, Hugo Villa Smythe, la recuerda como una figura mágica en la historia de Hollywood, imagen que representó, de algún modo, el principio del fin de la inocencia del cine americano, el cual dominó al mundo entre los años de la posguerra, la Segunda Guerra Mundial, y hasta finales de los años 60.
“Hay una melancolía que la rodeaba más allá de su figura pública y que la terminó llevando al suicidio, creo que tiene un simbolismo muy claro en ese sentido. Va desarrollando su personaje dentro y fuera de la pantalla”, relata Smythe.
El contexto de Monroe es sumamente complicado, de la Guerra Fría a la paranoia anticomunista en los Estados Unidos, el conservadurismo, una crisis económica, la llegada del gobierno joven de los Kennedy, y las tensiones ideológicas, políticas y bélicas entre la Unión Soviética y la Unión Americana.
En medio de todo ello, la joven Marilyn se abrió camino en Hollywood y en una de las industrias más mordaces, la cinematográfica.
“Era un arquetipo que a Hollywood le funcionaba, una especie de rubia tonta, de belleza excepcional que utilizaba sus encantos y se salía siempre con la suya, para bien o para mal, en la comedia o en el drama; de repente la propia Norma comienza un proceso de perfeccionamiento y demuestra que no nada más es la rubia tonta, sino que también puede desarrollarse intelectual y artísticamente como actriz”, cuenta José Antonio Valdés Peña.
Marilyn fue una persona que, a pesar de haber sido profundamente abusada por la industria del cine y de sufrir acoso laboral, hoy se posiciona como un estandarte del feminismo, que luchó contra el machismo que imperaba en aquella época y del que, lamentablemente, aún hay reminiscencias.
De acuerdo con sus biógrafos, Norman Jean tenía una sensibilidad a flor de piel, pero, además, durante toda su vida padeció la falta de afecto, lo que la llevó a vivir toda una serie de aventuras románticas, incluso, a relacionarse con personajes de la mafia, todo en una búsqueda eterna por tener estabilidad emocional.
“No hay actriz en el mundo que no tome algo de Marilyn, esa ingenuidad y sensualidad que es muchas veces imitada, pero nunca igualada. Yo creo que fenómenos y mitos como el de Marilyn Monroe son irrepetibles, porque es la combinación entre talento, encanto y mucho ángel; tendríamos que volver a los Estados Unidos de la década de los 50 para que una figura como la de Marilyn pudiesen tener un impacto total”, expresa Valdés.
Toma Nota
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La historia, que saldrá el 28 de septiembre, está inspirada en la exitosa novela histórica del mismo nombre, escrita por Joyce Carol Oates, donde se explora cómo la violencia de la industria de Hollywood llevó a Monroe a su muerte.
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