Mariguana hi-tech

Los ojos de quienes hacen y deshacen en el Silicon Valley no solo están puestos en el sector de la tecnología como negocio y revolución. Los gigantes de la meca de la tecnología también están a la caza de la industria de la mariguana. 

Al menos esto es a lo que apuntan los emprendedores Sasha Robinson y Mark Williams, dos exdesarrolladores de software de Silicon Valley, que se sumaron a la creciente ola de la tecnología de los vaporizadores. 

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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Los ojos de quienes hacen y deshacen en el Silicon Valley no solo están puestos en el sector de la tecnología como negocio y revolución. Los gigantes de la meca de la tecnología también están a la caza de la industria de la mariguana. 

Al menos esto es a lo que apuntan los emprendedores Sasha Robinson y Mark Williams, dos exdesarrolladores de software de Silicon Valley, que se sumaron a la creciente ola de la tecnología de los vaporizadores. 

En el hogar de Robinson, en San Francisco, los dos emprendedores se encuentran desarrollando un vaporizador portable high-tech  (alta tecnología), bautizado como “Firefly”. 

El dispositivo, descrito por el sitio Business Insider como un “producto de lujo de primer nivel, uno dirigido a consumidores cuyos ingresos están por encima de 75 mil dólares al año, está diseñado para fumar tabaco de pipa. Como dijo Robinson: “el tabaco es el negocio. Ignorar el mercado o pensar que es un mercado secundario es simplemente incorrecto”. 

Pero, considerando que la legalización de la mariguana en Estados Unidos va en aumento –al menos el uso del cannabis para fines recreativos es legal en dos estados del país– la realidad es que el vaporizador, compuesto de una batería de litio, también favorece a los consumidores que deseen hacer uso del Firefly con esta droga que aún está controlada bajo la ley federal. 

“Respetamos el derecho del consumidor a elegir”, apuntó Sasha Robinson. “Tenemos que ser respetuosos de las leyes federales mientras que comprendemos que el mercado en Estados Unidos está cambiando rápidamente”. 

El escritor de tecnología Mat Honan, quien hizo uso del vaporizador –no con tabaco, sino con mariguana–, comentó en Wired que el dispositivo ofrece todas las ventajas de una pipa común y corriente, “pero es menos dañino que una pipa convencional, porque estás inhalando vapor,  no humo”, además de que “lo puedes meter en el bolsillo, y llevarlo cargado de mariguana”. 

Y agregó: “lo podrías confundir (el vaporizador) por algún tipo de gadget para el consumidor; un USB, quizá, o una batería de reserva. Definitivamente no luce como la tradicional parafernalia de drogas, que es todo el punto, por supuesto”. 

Honan explica que para el sector de la ciencia y tecnología, es una oportunidad clásica poder irrumpir en una industria “históricamente a cargo de hippies y gángsters”. Porque no solo es Robinson y Williams quienes están detrás de esta invasión, sino todo el complejo de tecnología industrial, aclara, que va desde los inversionistas y empresarios, hasta biotecnólogos, científicos, diseñadores industriales, ingenieros eléctricos, analistas de datos y desarrolladores de software.

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