María Elena Valdés ‘abre la puerta’ a Muxelandia
Luego de publicar su más reciente fotolibro Muxelandia, donde retrata a las muxes de Juchitán, Oaxaca, esta artista de 29 años comparte que aunque hay múltiples retos dentro de su industria, es importante que aquellos inspirados en la fotografía trabajen duro para cumplir sus propias metas y expectativas
Fernanda MuñozLuego de publicar su más reciente fotolibro Muxelandia, donde retrata a las muxes de Juchitán, Oaxaca, esta artista de 29 años comparte que aunque hay múltiples retos dentro de su industria.
Con sólo observar, una fotografía muestra más allá de lugar o una persona, ya que cuenta una historia, una realidad que fue capturada por alguien que vivió en carne propia esa vivencia. Como María Elena Valdés, fotógrafa que lleva 10 años retratando anécdotas y costumbres.
Este año, por ejemplo, María Elena publicó Muxelandia, un fotolibro en el que retrató a las muxes de Juchitán, Oaxaca, estado donde acostumbran a mostrar sus vestidos típicos de la región.
Hace dos años, cuando la fotógrafa vio a esta gran comunidad entre las calles oaxaqueñas, supo enseguida que debía retratarla para contar su historia, pero no nada más con sus fotos, sino con un texto que las acompañara. Fue la periodista Renata Juárez quien le dio las letras a este proyecto, a través del texto “Ensayar lo no binario”.
“Hacer este fotolibro fue muy bonito, fue un proyecto que trabajé casi dos años y al realizarlo estaba este constante recordatorio de honrar a mis raíces y tradiciones, pero además de eso, vivir abiertamente conmigo y con los demás”, cuenta María Elena.
Y aunque la fotógrafa de 29 años declara que en cada uno de sus proyectos fotográficos y documentales ha aprendido algo muy particular, con Muxelandia entendió que son las diferencias las que hacen única a una persona y no diferente.
En entrevista con Reporte Índigo, Valdés agrega que le gustaría que a través de este proyecto la gente se diera cuenta que existen otros mundos además de los que está acostumbrada a ver día con día, como las muxes, quienes se alejan de los prejuicios y viven como a ellas les gusta.
“Me gustaría invitarlos a observar y a entender que no porque algo no vaya de acuerdo con sus valores, principios o creencias significa que esté mal o esté bien. Más bien es dejar ser al otro y nosotros vivir nuestra vida, dejar ser más libre a los demás (…) Y tampoco es que con Muxelandia quiera obligar a las personas a ir a Juchitán, sino decirles ‘mira, esto existe, es un pueblo donde viven con libertades y creencias increíbles”, detalla.
Para María Elena, así como ella decidió retratar a una comunidad que no es usualmente apreciada, en México hacen falta más proyectos que se enfoquen en las historias tradicionales, en la cultura que hay detrás de las grandes ciudades como la Ciudad de México, Guadalajara o Monterrey.
Valdés asume que este tipo de historias no se suelen exponer porque generalmente en el país, aunque hay artistas increíbles, las tradiciones que se viven en lugares como Juchitán u otros pueblos nacionales no han sido lo suficientemente valoradas, no se consideran esenciales.
Asimismo, declara que otro problema es que a las fotógrafas, sólo por su sexo, les suele costar un poco más de trabajo avanzar en su carrera; sin embargo, María Elena menciona que quien se propone algo lo cumple, a pesar de los peros y retos que haya en el camino.
“A todos aquellos que quieran un camino en la fotografía, les digo que no se rindan, que trabajen mucho y, lo más importante, que no esperen a que alguien llegue y les prenda el switch de su inspiración, ustedes tomen la iniciativa y comiencen con sus propios proyectos. Después de eso, todo empieza a cumplirse”, dice Valdés.
Un camino por delante
Para los próximos 20 años, a María Elena le gustaría que sus libros estuvieran en todas las mesas de las familias mexicanas y del resto del mundo para que así reconocieran más su trabajo y lo que busca transmitir con él.
También, una de sus metas es seguir colaborando no sólo con otros periodistas para contar historias, sino también con diferentes organizaciones humanitarias que la motiven a salir y conocer otra ciudad, otro pueblo y retratar a sus habitantes.
De acuerdo con ella, la fotografía le ha permitido, desde que la descubrió, conocer una parte más de su personalidad, de su capacidad de comunicarse con las personas, pues, cuenta, eso es esencial en su industria.
A 10 años de que inició con la fotografía, esta artista se dice más emocionada y motivada que nunca para seguir visibilizando a México, sus tradiciones y la gran variedad de gente que tiene a su alrededor.