Manina, la jirafa morada y la importancia del amor propio
Con Manina, la jirafa morada, la escritora Itzel García Chiñas exorciza los demonios de su infancia, cuando sufrió bullying por su color de piel. Además, en el libro retoma palabras zapotecas, rindiendo así un homenaje a esta lengua originaria
Karina CoronaDe pequeña, la escritora Itzel García Chiñas no entendía por qué sus compañeros de escuela la molestaban y se burlaban de ella por no tener el mismo color que ellos. Tampoco comprendía la razón por la que su mamá y su hermana tenían otro tono de tez y no sufrieran lo mismo que ella. Estos recuerdos y vivencias de su infancia la inspiraron para crear el cuento Manina, la jirafa morada; y, tras varios años de tenerlo en el cajón, decidió sacarlo a la luz, compartirlo y transmitir a los pequeños lectores un mensaje de amor hacia uno mismo.
“Este cuento lo escribí cuando tenía 15 años, porque de niña sufrí mucho bullying, porque yo soy muy morena, contrario a mi mamá y a mi hermana que son muy blancas. Mi papá falleció cuando yo era muy pequeña y, entonces, por ahí va la historia”, indica Itzel.
El principal motor de García Chiñas para realizar este cuento fue que las y los niños aprendan a aceptarse como son y que nadie los pueda lastimar con las palabras, porque cuando se es niño, estas pueden herir profundamente.
La historia narra la vida de Manina, una pequeña jirafa morada rechazada por algunos de sus compañeros del colegio del Reino Animal, pero sus verdaderos amigos son quienes le hacen entender que su color la hace muy bonita.
Un día, su mamá la lleva a un lugar muy especial, donde puede ver que no es la única jirafa diferente y que, además, hay otros animales con características peculiares.
De esta forma, la escritora busca que la infancia entienda el poder de la inclusión y la importancia del amor propio y de la familia para enfrentar aquellos comentarios que pueden afectar la autoestima en la etapa más vulnerable del ser humano, la infancia.
“Lo que escribí en este cuento fue parte de mi aprendizaje. Al crecer me fui aceptando y empecé a darme cuenta de las cosas, por ejemplo, que mi papá era del mismo color de piel que yo. Nosotros somos de Oaxaca, pero vivimos en la Ciudad de México y, conforme fui creciendo, me di cuenta de que mi color es hermoso.
Egresada de la carrera de Comunicación, y dispuesta a seguir su camino por la literatura, Itzel explica que se identifica con Manina, pues a pesar de que sufrió mucho bullying de pequeña, estaba arropada por el amor de su familia para hacerle frente.
“Espero que cuando los niños lean este cuento les deje un lindo mensaje de amor hacia ellos mismos y que, si se sienten diferentes por alguna razón, puedan aceptarse como son, que se quieran y que se den cuenta de que existen valores mucho más importantes que los físicos”, expresa.
Manina, la jirafa morada contiene algunas palabras en zapoteco, como un homenaje a la lengua de su tierra ancestral, un idioma que domina toda su familia; incluso, el nombre de Manina proviene de máninagaayanni, que significa “jirafa” en zapoteco.
Su camino a futuro
La joven escritora explica que siempre le han gustado las letras y que, desde muy pequeña, le tomó el gusto a la lectura.
“Me gusta mucho la ciencia ficción, además, mi papá siempre me leía cuentos. Este texto lo tenía guardado desde hace mucho tiempo, como algo muy personal. Ahora estoy en el proceso de hacer la segunda parte de Manina, que también va a tener un mensaje de amor propio”, puntualiza Itzel García Chiñas.