El consejo editorial está “por todos lados”. Emilio Toledo, el director de comunicación, vive en Morelia; el director editorial Diego Courchay en el Distrito Federal, y el director, Emilio Lezama, está cursando una maestría en la George Washington University, en Washington D.C.
Emilio Lezama, quien nació en el D.F., estudió Ciencia Política en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y una maestría en la Sorbona, en París.
En el 2009, junto a Héctor Tajonar, comenzó un programa de radio por Internet llamado “Los Hijos de la Malinche”. El nombre lo tomaron de la cuarta parte del ensayo de Octavio Paz “El laberinto de la soledad”. En entrevista para Reporte Indigo, Lezama señala que se inspiraron en la idea de que “hasta que (los mexicanos) no aceptemos nuestra identidad como hijos de la Malinche, como hijos de la ch*ngada, no podremos crecer”.
Y explica que en ese momento (cuando decidieron fundar esta revista en línea) no existía un espacio en medios en donde los jóvenes pudieran presentar sus ideas o sus preguntas. Este era un México anterior a “Yo soy 132”, y ellos eran estudiantes de la UNAM y el Colegio de México.
Su programa recibió a figuras como Juan Villoro, Diego Luna, Lorenzo Meyer, Germán Dehesa y Noam Chomsky. Y además de las entrevistas discutían sobre política, arte y cultura.
El año siguiente se convirtieron en una empresa multimedia y produjeron una emisión televisiva en el marco de las elecciones.
“Si no eras uno de los viejos intelectuales, nadie te escuchaba”, indica el joven, “así que irrumpimos en ese mundo, que no era todavía el mundo de ahora”.
El esfuerzo funcionó y la página Web, que nació dos años después que el programa de radio, ganó el Premio Nacional de Comunicación José Pagés Llergo 2011.
En la revista electrónica siguen generando contenido, con una publicación diaria, cinco veces por semana.
Cada domingo divulgan “Las 10 recomendaciones malinchas”, una selección de notas de otros medios que fueron, para los editores, las más interesantes en esa semana.
Sus escritores tienen una cosa en común: la juventud y el talento. Todos tienen algo que decir.
Lezama destaca que “son una generación que, por su edad todavía no es identificada por el público, en este afán de leer a viejos editorialistas sin hacer una renovación”.
Esta es una de las ocasiones en la que no se debe confundir juventud con baja calidad. En palabras de su director, “la calidad es lo que los rige”, y es a través de ella que se han hecho un nombre en un sistema de medios complejo.
Su inspiración son revistas como Harper’s, The New Yorker o The Daily Beast.
“Buscamos calidad, atrevimiento, rigor… tenemos grandes escritores y una edición muy cuidadosa”, enfatiza Emilio, “creemos que hay mucho talento en México y mucho de él está perdido, y esa es nuestra gran lucha: ser una revista en internet que tiene la calidad como bandera”.