Make Mexico Great Again

“¿Quién demonios le dio su green card a este cabrón?”, pronunció en tono de broma Sean Penn al anunciar que “Birdman o la inesperada virtud de la ignorancia”, de Alejandro González Iñárritu, se coronaba como la mejor cinta de la 87 ceremonia de los Oscars.

Iñárritu –que también se llevó esa noche los premios a Mejor Dirección y Mejor Guión Original– se mostró nervioso por subir en tercera ocasión al estrado y bromeó con ironía respecto a la política estadounidense.

“Quizás el próximo año el gobierno infligirá algunas reglas de inmigración a la Academia. Dos mexicanos seguidos, eso es sospechoso, supongo”, comentó el cineasta

Y es que justo un año antes Alfonso Cuarón ganó el Oscar a Mejor Director por “Gravedad”, siendo el primer mexicano en llevarse esta presea a casa.

El honor se repitió este año con Guillermo del Toro, quien además de coronarse con la presea a Mejor Película, se llevó el reconocimiento a Mejor Director.

“Creo que lo mejor que hace nuestro arte y nuestra industria es borrar las líneas en la arena. Deberíamos seguir haciéndolo cuando el mundo nos diga que éstas se hacen más profundas”, fue parte del discurso de Del Toro al hablar de pluralidad en torno a la inmigración.

Es claro y firme que los mexicanos llegaron a Estados Unidos para triunfar, ya que también el cinefotógrafo Emmanuel Lubezki ganó por tres años consecutivos el Oscar en su respectiva categoría.

¿Cuál será el sentir del presidente de Estados Unidos ahora que los mexicanos dominan el cine de su país y hacen de la Unión Americana una nación de inmigrantes con fuerza y empoderamiento latino?

Del Toro: inmigrante sin fronteras

El triunfo de Del Toro estaba más que anunciado en la categoría de Mejor Dirección en la noche estelar de los premios Oscar, pero lo que no estaba previsto era que el realizador de “Cronos” (1993) se pronunciara de manera tan sutil respecto a la situación de los mexicanos en Estados Unidos, lo que se sintió como un abrazo a la comunidad latinoamericana.

“Soy un inmigrante como Alfonso y Alejandro, mis compadres. Como Gael, como Salma y como muchos, muchos de ustedes. En los últimos 25 años he estado viviendo en un mismo país de todos nosotros. Parte de él está aquí, otra parte está en Europa, otra parte está en todas partes. Porque creo que lo mejor que hace nuestro arte y nuestra industria es borrar las líneas en la arena”, expresó el tapatío de 53 años de edad.

Del Toro se ha mostrado solidario con los mexicanos aunque viva fuera del país, durante los sismos ocurridos el año pasado en México, convirtió su cuenta de Twitter en una fuente de comunicación para quien lo necesitara.

Incluso en diciembre pasado, cuando se le pidió compartir un tuit a través de su cuenta de una mujer que necesitaba juntar 900 dólares para una biopsia, lo que hizo Del Toro fue pagar el dinero necesario como un gesto altruista.

Sin duda los reflectores cayeron por completo en “La forma del agua” y en Del Toro la noche del domingo, pero también hubo otro mexicano que salió victorioso y con otro Oscar bajo el brazo.

A Alejandro González Iñárritu le fue otorgado un Oscar honorario por la realización de la instalación “Carne y Arena (Virtualmente presente, físicamente invisible)”, experiencia de realidad virtual que invita a la reflexión de los inmigrantes latinoamericanos y las penurias que tienen que sufrir para cruzar la frontera.

“Dedico y recibo este hermoso reconocimiento a nombre de todos los inmigrantes de México, Centroamérica, Asia, África y el mundo, donde su realidad ha sido ignorada y han sido secuestrados por las ideologías y definiciones que les niegan la posibilidad de ser entendidos y amados”, dijo Iñárritu cuando se le dio la presea en la ceremonia especial de los Governor Awards el 11 de noviembre.

Para realizar el proyecto Iñárritu se entrevistó con varias personas que le contaron su experiencia al burlar a la migra para entrar a los Estados Unidos, durante cinco años se gestó la idea que ahora pone el dedo en la yaga de las políticas xenofóbicas de Trump.

Lubezki: tres años al hilo

El oro de los Oscars ha condecorado a Emmanuel Lubezki por su trabajo en la cinefotografía en tres años consecutivos, comenzando con “Gravedad” en 2014, “Birdman” en 2015 y “El renacido” en 2016.

En sus discursos el fotógrafo ha sido sobrio y no ha hecho consignas políticas, pero sin duda el que él sea mexicano y haya ganado el Oscar ya es en sí un mensaje a los estadounidenses.

El fotógrafo apodado “El Chivo” estuvo a cargo de lograr las imágenes que Iñárritu requería para “Carne y Arena”, siendo un experimento sin precedentes que sale del cine convencional.

“Venimos del encuadre de la película. Y tuvimos que liberarnos de eso. Tienes que encontrar cuáles son las reglas y regulaciones de esta nueva forma. Y es una forma completamente diferente. Es el octavo arte, probablemente”, comentó “El Chivo” para Deadline cuando se presentó la instalación en Cannes.

Cuarón: Ignorar al presidente

El realizador de “Solo con tu pareja” (1991) prefiere mantenerse al margen de la política estadounidense, cree que en México se le presta demasiada atención a Trump, por lo que invita a que se le deje de voltear a ver.

“No hay mucho qué discutir, ¿por qué darle tanto tiempo a ese señor? no lo ayuden, le dan mucho tiempo de sus noticias”, comentó en conferencia de prensa tras terminar de filmar su largometraje “Roma” en marzo del año pasado.

Salma vs. Trump

Salma Hayek aprovechó para lanzar fuego al inquilino de la Casa Blanca durante la ceremonia de los premios Independent Spirit cuando presentó la categoría de Mejor Película Internacional, al hacer referencia a un pronunciamiento del ejecutivo.

“¡Este premio nunca ha ido a una nación de mierda, porque no hay naciones de mierda!”, enunció Hayek quien en junio pasado había dicho que el magnate intentó seducirla hace años a pesar de que ella tenía novio.