Mahahual: El paraíso con una maldición
Las playas del pequeño poblado de Mahahual, en Quintana Roo, sufren de una identidad bipolar. Por un lado, son conocidas como un nuevo punto turístico nacional que ofrece aguas cristalinas para el buceo, un nuevo muelle de cruceros y pequeños hoteles y restaurantes; por otro, son una preocupación ambiental por la cantidad de basura oceánica que a diario se almacena en sus costas, basura que es arrastrada de otras partes del mundo por las corrientes marinas que confluyen en la zona.
Juan Antonio Zertuche
Las playas del pequeño poblado de Mahahual, en Quintana Roo, sufren de una identidad bipolar. Por un lado, son conocidas como un nuevo punto turístico nacional que ofrece aguas cristalinas para el buceo, un nuevo muelle de cruceros y pequeños hoteles y restaurantes; por otro, son una preocupación ambiental por la cantidad de basura oceánica que a diario se almacena en sus costas, basura que es arrastrada de otras partes del mundo por las corrientes marinas que confluyen en la zona.
Mahahual es un paraíso más dentro de la Costa Maya al sureste del Caribe Mexicano, zona en donde conviven paisajes espectaculares: al norte, Sian Ka'an Reserva de la Biósfera y al sur, el Parque Marino de Xcalak.
El gran atractivo turístico de este poblado es su cercanía con la reserva natural de Banco Chinchorro, la segunda barrera de arrecife más grande del mundo, solo detrás de la Gran Barrera de Coral australiana. Pero este paraíso tiene una maldición: por ahí pasa el giro oceánico (o "gyre", en inglés) Columbus.
Se le conoce por giro oceánico al lugar en donde se reúnen las corrientes marinas –que son los movimientos superficiales de las aguas de los océanos– para formar una especie de vórtice, un sistema similar al de un hidromasaje. El problema está en que en los últimos años estas corrientes han arrastrado desechos marinos que han generado depósitos de basura flotante alrededor de los océanos.
Que en las costas de Mahahual desemboquen corrientes marinas y giros oceánicos no es en sí una maldición. "¿Qué habrán encontrado los antiguos mayas en estas mismas playas muchos años atras? Posiblemente encontraron objetos romanos y muchos otros símbolos de África y el Viejo Mundo", decía el explorador Michel Peissel en el libro "The Lost World of Quintana Roo" (1963).
La idea romántica de encontrar objetos de otras partes del mundo –o botellas con mensajes– suena bien, hasta que en la ecuación se incluyen toneladas de basura provenientes de países tan lejanos como Malasia, Suiza, Holanda o Japón.
Limpieza de Mahahual
Sustenta.com es una empresa de "green marketing" que encabeza desde 2009 la iniciativa Limpia Mahahual, un esfuerzo que no solo se queda en la recolección de desechos en la playa, también busca cambiar el estilo de vida y la manera de consumir de los mexicanos.
En su edición 2012, Limpia Mahahual recolectó en tan solo un día 4.89 toneladas de basura a lo largo de las playas, más otras dos toneladas de Tereftalato de polietileno (PET) –o sea, botellas de plástico– en una precampaña con niños. En total, 6.9 toneladas.
La situación lo convierte en un paraíso no reciclable, como se presenta en el documental "Mahahual" (producido por XOOC y Calypso Films) y que relata la experiencia de Luis Fernando, un niño que participó y recolectó 200 Kg de PET en Limpia Mahahual 2012.
"Nosotros pensamos que era un problema del lugar –de los locales– lo cual no es cierto, es basura que viene de todo el mundo. Y la basura plástica –o plástico en especial– es el que satanizamos más porque (a pesar de que) es un diseño increíble del siglo pasado, desgraciadamente es un diseño tan resistente y un material tan bueno que nunca llega –o es muy difícil– su biodegradación", dice Ángel Trejo, director de Green Marketing de Sustenta.com, en entrevista para Reporte Indigo.
"En una sola tarde recogimos pedazos de plástico de Estados Unidos, Cuba, Italia, Grecia, Indonesia, China, de todas partes.Pobre Mahahual, es cubierto con eso todos los días. Lo podíamos ver en el agua y cómo se acercaba hacia nosotros, una cosa horrenda", dice Bruce Rinker, director de desarrollo y avance científico del Biodiversity Research Institute de Maine.
Mahahual no solo es un recordatorio constante del problema de la basura plástica y todo lo que implica que una botella de agua de Malasia llegue a costas mexicanas, también representa un reto que se podría aprovechar.
Sustenta.com sugiere darle la vuelta a la moneda y de un problema, generar un beneficio. Con el apoyo adecuado, el pequeño poblado podría aprovechar para instalar un centro de acopio y una procesadora de plástico que no solo reusaría esos desechos, también impulsaría la generación de econegocios que podrían tener un impacto positivo en el medio ambiente y la economía local.
Basura flotante
Ayer, lunes 28 de mayo, zarpó la expedición francesa "7ème continent" (séptimo continente) desde San Diego, California, con destino al noreste del Océano Pacífico, exactamente a las coordenadas 35-42 °N / 135-155 °O.
¿La misión? Crear conciencia internacional sobre el problema de residuos en el mar, en particular sobre la zona conocida como Sopa de plástico, la Gran Zona de Basura del Pacífico o, por su tamaño, el "séptimo continente".
La estimación sobre su extención varía: desde 1.4 hasta 34 millones de kilómetros cuadrados, en donde se concentra 3.5 millones de toneladas de basura. Una mancha de desechos en medio del Pacífico que, hasta el momento, ha sido imposible de captar en imágenes satelitales.
El problema es grave. Según el Instituto de Oceanografía Scripps de San Diego, el remolino de residuos plásticos que está flotando en el Pacífico Norte ha crecido 100 veces en los últimos 40 años. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente estima que alrededor de 13 mil piezas de basura plástica se encuentran en cada kilómetro cuadrado de mar, pero esta concentración es peor en la Gran Zona de Basura del Pacífico.
El descubrimiento de esta zona de basura se la debemos, por casualidad, a Charles J. Moore, un veterano marino que después de terminar la regata Transpac de Los Ángeles a Hawai –una competencia de vela– en 1997, se topó con plásticos en el trayecto de regreso al sur de California. Desde entonces, Moore se dedica a estudiar el comportamiento de la Sopa de Plástico e incluso ha dado una Plática en TED al respecto.
La oceanografía ubica a cinco principales giros oceánicos con su respectivo basurero flotante: Pácifico Norte (el más grande), Pácifico Sur, Atlántico Norte, Atlántico Sur y en el Océano Índico. Pero si le preguntan a Curtis Ebbesmeyer, ubica a 11 giros oceánicos.
Impacto de los desechos marinos
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA en inglés) enlista los siguientes daños que ocasionan los desechos marinos:
— Daño estético
El daño más obvio salta a la vista. No hay peor imagen para un destino turístico que una playa sucia.
— Daño al hábitat
Los arrecifes de coral sirven como base de los ecosistemas marinos y corren peligro por los desechos que se acumulan.
— Fauna enredada
No se sabe una cantidad exacta, pero son numerosos los animales que viven enredados en trampas, plásticos y demás desechos.
— Ingestión
El plástico se ha vuelto parte de la dieta alimenticia de muchos animales, lo que les ha ocasionado bloqueos intestinales y la muerte.
— Transporte de especies
Los desechos marinos pueden servir como un mecanismo de transporte de especies no autóctonas, ocasionando una “migración” no deseada.
— Pesca fantasma
Las redes de pesca que están perdidas en los océanos siguen pescando, sirviendo como trampas permanentes.
— Impacto económico
Actualmente no se le han puesto signos de dólares a las pérdidas, pero las hay. La basura afecta al turismo, los recursos marinos, las embarcaciones y la navegación.
— Salud y seguridad
La basura médica (jeringas usadas, por ejemplo) también circula entre los desechos marinos, así como pedazos de vidrio que ponen en riesgo a la salud.