Madres luchonas: la otra cara de los memes

Son madres solteras, trabajadoras y objeto de múltiples críticas y memes en redes sociales por su condición de vulnerabilidad. Estas heroínas sin capa de muchas familias monoparentales en el país exigen respeto e igualdad en el Día Internacional de la Mujer
Azaneth Cruz Azaneth Cruz Publicado el
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Queta está separada de su esposo desde hace 10 años. Hoy tiene 40, es madre soltera y trabaja en una empresa distribuidora donde lo que gana le permite sacar adelante a ella y sus dos hijos.

Como cualquier mujer le gusta salir a divertirse, pero sabe que su condición de madre soltera la hace objeto de críticas por parte de la sociedad.

Ella en broma se autodefine como “Mamá Lucha”.

“Me separé de mi esposo hace más de 10 años. Sentí que el mundo se me vino encima porque había dejado todo, incluido mi trabajo por atender a la familia”, recuerda Queta entre lamentos.

Ser madre divorciada o separada en México es actualmente motivo de denigración en la sociedad, de vulnerabilidad y de falta de oportunidades.

Hoy en día a las madres solteras se les considera a forma de burla como “luchonas”, sin entender que se refiere a una mujer que con la partida de un hombre logra sostener su hogar y mantener a sus hijos con la ayuda parcial o nula del padre.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 3 de cada 10 mujeres ejercen con dificultades la maternidad sin una pareja en el país. Es el caso de Queta

“Cuando me casé el mundo aplaudió la decisión de que como mujer formara una familia ‘bien’, con un esposo a mi lado y yo asumiendo mi ‘rol’ de mujer.

Pero cuando me divorcié, el mundo cayó en mi contra. Existieron muchas personas que me apoyaron, pero otras que simplemente me juzgaron. Era como ser presa fácil por el hecho de estar sola con mis hijos”.

Después de un matrimonio largo, Queta y su esposo se dieron cuenta que su relación aún con el nacimiento de su segundo hijo no funcionaba, así que decidieron separarse por mutuo acuerdo continuando su vida por caminos separados.

“Cuando me divorcié sentí que el mundo se me había venido encima. Tanto quise hacer por tener a una familia unida que me salí de trabajar para estar al pendiente de mi casa, de mis hijos y de mi entonces esposo, pero no funcionó.

Al terminar la relación, conseguir un empleo fue el nuevo reto porque yo ya había dejado todo el ambiente laboral, pero no fue imposible, pensando que la pensión, aunque ayuda no iba a alcanzar”, recuerda esta mujer.

Queta al igual que muchas mujeres empezó de cero tras el divorcio y se levantó con lo que pudo para sacar a sus hijos adelante.

“Mi vida había tomado otro rumbo. Lo peor que me pasó fue que los hombres empezaron a verme ‘diferente’ y a buscarme de otras formas, en especial los amigos de mi exesposo y los conocidos, por quienes me sentí acosada”.

“No soy carnada”

Las mamás solteras en México son discriminadas triplemente: por ser mujeres, por ser madres solas y casi siempre por ser de un estrato social bajo.

Angélica tuvo su hijo a los 17 años de edad. Se casó más por el qué dirán con el padre de su hijo que por amor.

Pero pronto su matrimonio se convirtió en un infierno.

“Siempre supe que no quería estar con él y para cuando me divorcié ya no sabía hacer nada.

Mi opción no fue encontrarme con otro hombre, así que empecé desde cero a trabajar en un centro comercial”, recuerda Angélica, mujer de 32 años y madre de un adolescente.

Ella vivió con su esposo sabiendo que él no la amaba, ni ella a él. Su esposo no mostraba interés por su hijo, pero tampoco por ella, mientras tanto, no la dejaba trabajar para que ella se encargara del hogar.

“Después del infierno que viví, decidí separarme de él, como era de esperarse, cansado de mis ‘reclamos’ no dijo nada y se fue de la casa. Sentí que iba a morir, nunca había trabajado y pensé que las cosas serían imposibles, pero no fue así, No tengo el mejor trabajo que quisiera, ni el apoyo, pero decidí que mi hijo sería feliz”, cuenta con orgullo esta vendedora de una tienda departamental.

Ser madre soltera en el país, limita a las mujeres de clase media baja a entrar a un campo laboral competente que les brinde apoyo y seguridad.

“Desde que me separé a la fecha las personas no ven igual, mis padres continúan creyendo que soy irresponsable y los hombres creen que me hacen el favor si me dan una mirada. Me ven como una carnada, pero sólo por diversión”, lamenta Angélica.

Machismo, el mal endémico de México

Objeto de burla, las ‘luchonas’ son mujeres divorciadas o separadas que se convierten en la cabeza económica del hogar sin una pareja de por medio. Estas madres solteras, de acuerdo con la Dra. Cecilia Godínez, profesora investigadora de la FESC UNAM parecen haber obtenido la redefinición del término derivado de la cantante Jenni Rivera, una madre soltera que logró sobreponerse a los estigmas de sociales y culturales hablando de la música con gran éxito.

“En México 3 de cada 10 mujeres son madres solteras y generalmente se ubican en el sector laboral informal. Las más vulnerables, las mujeres de clase baja, porque no es lo mismo venir de un estrato bajo, que tener las consideraciones de una mujer de clase alta.

“Para nuestra suerte, vivimos no sólo en un país machista, sino clasista y racista”
Dra. Cecilia GodínezProfesora investigadora

De acuerdo con la antropóloga de la UNAM, este tipo de mujeres es más vulnerable a abusos y a violencia de género, porque los hombres consideran que como ya tuvieron hijos, se sobreentiende que esta mujer debe agradecer que es tomada en cuenta por los hombres.

“El machismo es el mal endémico de México”, expone.

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