Machismo y sexismo en las tradiciones de las bodas mexicanas

El machismo y sexismo está presente en varias de las tradiciones mexicanas de las bodas, una especialista habla acerca del tema
Carlos Ramírez Carlos Ramírez Publicado el
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Grace se va a casar; pero, cuando su prometido, Alex, le revela que la tradición de su familia es jugar un juego después de la boda, ella consiente de una manera hasta burlona.

La cacería humana comienza cuando la familia del novio juega a las escondidas con Grace, a quien, de acuerdo con la tradición, deben asesinar una vez que la hallen pues de lo contrario habrá mala suerte para la estirpe.

Así comienza Boda sangrienta, de Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillet (V/H/S), que se estrena hoy y que, curiosamente, persigue la pregunta sobre el origen de las tradiciones nupciales, en el caso de México.

Y es que la película de terror y humor negro evidencia el machismo que Alex manifiesta al ocultarle la horrible tradición a su prometida. Por lo que ella deja a un lado el clásico papel de víctima y se convierte en una mujer que encara a quienes buscan asesinarla.

En efecto, las costumbres en las bodas mexicanas esconden varios significados, en su mayoría sexistas y machistas, que muy pocos conocen y que, a pesar de ello, se siguen replicando en los jolgorios.

Cifras

Hoy en día, y de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el número de matrimonios ha ido en descenso. A partir de 2012, la cifra comenzó a disminuir y de 2014 a 2017 se tuvo un decremento de 15 mil y 20 mil anualmente.

De los 528 678 matrimonios registrados en 2017, un total de 526 008 fueron uniones entre hombres y mujeres (99.5%) y 2 670 (0.5%) corresponden a matrimonios entre personas del mismo sexo.

Lo anterior evidencia un incremento respecto a años previos. Siendo que, en 2010, se registraron apenas 689 matrimonios entre personas del mismo sexo y cuando sólo en la Ciudad de México existían los matrimonios igualitarios.

Mariana Plascencia, socióloga por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comparte que las tradiciones en las bodas se apegan al contexto del largo historial de la Iglesia Católica y su autoridad. Ya que, aunque no todos se celebran por esta vía, los casamientos están ligados a la costumbre familiar de casarse ante una autoridad religiosa.

Por esta razón, en el caso de México, Plascencia señala que las tradiciones que se perpetuaron desde tiempos antiguos tienen un sentido de misticidad y autoridad dentro de las familias mexicanas, con machismo por tendencia. Por lo que se replican con un significado que se desvanece en el tiempo y por generaciones.

El muertito, la petición y los electrodomésticos

Para ella, las costumbres mexicanas en las bodas son en realidad producto del machismo que se vivía en tiempos pasados y que se reproducen con los años. La tradición de la petición ante los padres, el llamado muertito y los electrodomésticos como regalos para la novia son los que apuntan a esta idea.

“Aunque no es muy claro, la petición de la mano de la mujer podría venir desde tiempos de los aztecas. Las familias solían rechazar al novio como señal de dignidad y aceptar la petición hasta la segunda ocasión”, explica la socióloga.

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Además, desdeña el clásico ritual del muertito en el que los invitados hombres cargan y lanzan al novio en el aire. Plascencia argumenta que ello simboliza la muerte del esposo, quien ya no podrá salir con más mujeres ni estar con sus amigos, sino que tendrá que estar con su esposa.

“En varias partes de nuestro país se regalan electrodomésticos específicamente dirigidos a la novia. Se tiene el concepto de que la mujer será, por default, la ama de casa. Existen tradiciones muy puntuales pero que no tienen que ver con una boda como tal, sino más bien como rituales místicos en las partes recónditas de México”, comenta Mariana al cuestionarle sobre otras tradiciones.

El vestido, los anillos y el velo

Sin embargo, para la socióloga, las costumbres más arraigadas en las ceremonias nupciales se originan de otras tradiciones extranjeras, como lo son el vestido de la novia, los anillos y el velo.

“El machismo no es mexicano. El machismo es una actitud a expensas de cualquier cultura a la que analices. La encuentras desde los hebreos hasta los sofisticados ingleses. Por ello es que el vestido blanco se originó con el matrimonio de la reina Victoria, quien eligió ese color el cual más tarde fue interpretado como símbolo de virginidad”, dice la socióloga de la UNAM.

De hecho, explica que el vestido blanco y el liguero estaban vinculados a la prueba de virginidad de la mujer. Durante la Edad Media se entregaba el liguero a la familia una vez que el hombre tenía relaciones sexuales con su esposa y comprobaba que era virgen.

Este requisito de virginidad también iba acompañado, en algunos casos, del velo. Esta prenda se colocaba en el rostro a la mujer para evitar que el novio se arrepintiera de casarse si no la encontraba atractiva cuando la mujer era una moneda de cambio
Mariana PlascenciaSocióloga

“El anillo demostraba esta pertenencia que ya se colocaba desde tiempos de los romanos. Y la mujer era entregada, como sucede a veces, por el padre al novio como un traspaso de propiedad”, agrega Mariana Plascencia.

El ramo de flores

Finalmente, la socióloga añade que el acuerdo de que la familia de la novia se encargue de los gastos de la boda es una tradición que se ha ido apagando por la solvencia económica. Pero, al contrario, el lanzar el ramo a las solteras es un ejemplo del prejuicio de la soltería y el matrimonio.

“El matrimonio es una meta que toda mujer debiera tener, piensan muchas de las familias mexicanas. Y se demuestra cuando en las bodas se lanza el ramo de flores a quienes están solteras. Y estas luchan por él como si su estado de soltería fuese una maldición. Es una tradición sexista que atenta contra la voluntad de la mujer y que estigmatiza a quienes no desean casarse”, concluye.

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