Mac DeMarco es un perfecto desconocido que tiene un puñado de buenas canciones con un atractivo infalible: un sonido relajado que combina pop, country y psicodelia aderezado de una guitarra hipnótica y juguetona.
Pero DeMarco no es tan desconocido en su natal Canadá, donde se empezó a hacer de un nombre en la escena underground a partir de 2008 con el proyecto Makeout Videotape. Y si se hizo notar no solo fue por la música, también ayudó su excéntrico humor andrógino, que lo llevó a usar maquillaje tanto en sus videos como en las presentaciones en vivo.
Esa época irreverente le dio reconocimiento y notoriedad; a los 19 años de edad ya le abría conciertos a Japandroids, banda con la que compartía disquera.
Sin embargo, en 2012 DeMarco decidió lanzar música bajo su nombre y con ello le llegó un aire de maduración que se vio cristalizado en “2”, su apropiadamente llamado segundo álbum.
Para entender de qué va “2” tan solo hay que ver la portada del disco: DeMarco saluda con la señal de “paz” y una sonrisa relajada, viste con una camisa que seguro consiguió en una tienda de ropa de segunda mano y porta una guitarra.
Por algo en algunas reseñas han comenzado a usar el término “slacker–rock”, que en español es algo así como “rock vagabundo” y no solo por su look, también la música tiene un aire de nómada nocturno.
Esta característica se puede escuchar sobre todo en “Ode to Viceroy”, una canción con una cadencia vagabunda que da la impresión que puede ser el soundtrack de una escena de un viaje por el desierto.
“My Kind of Woman” es otro de los tracks destacados; aquí la voz calmada de DeMarco se funde con el movimiento de una guitarra que parece balancearse como si estuviera siendo tocada desde una hamaca.
Pero es en “Freaking Out the Neighborhood” en donde Mac DeMarco tiene los destellos más brillantes; una divertida canción–confesión de su excéntrica actitud.
