Luchan contra la estigmatización del VIH
Artistas y activistas se unen en la exposición El chivo expiatorio: Sida + Violencia + Acción para presentar un análisis completo sobre el modelo de gestión política, social y cultural de la crisis del sida en México desde la década de 1980 a la fecha
José Pablo EspíndolaLas manos le sudaban, sentía que el mundo terminaba para él, todo era confuso y nada ni nadie le devolvía la tranquilidad. A Víctor lo acababan de diagnosticar con VIH y sólo se hacía una pregunta: ¿Por qué a mí? Y es que este padecimiento, por años, ha tenido una carga social y moral muy fuerte. La sociedad, los medios, el gobierno y algunas organizaciones han logrado estigmatizar la palabra y llenarla de miedo. La culpa y la vergüenza, en muchas ocasiones, terminan matando más a los pacientes que el propio virus.
Conscientes de ello, artistas y activistas decidieron explorar las problemáticas que trascienden esta crisis epidemiológica y que están relacionadas con prejuicios de clase, raza, género, sexualidad y adicción, por lo que montaron la muestra VIH El chivo expiatorio: Sida + Violencia + Acción.
“La exposición tiene una estructura en tres etapas, las primeras salas (1 y 2) reconstruyen los modos a partir de los cuales se fue generando un discurso sidafóbico, homófobo, transfóbico en torno al VIH-Sida. Esto se llevó a cabo desde el estado, principalmente, por la negligencia que operó la primera década, desde los medios de comunicación que fortalecieron los discursos discriminatorios de violencia, desde los grupos ultraconservadores como Provida, que no es muy diferente lo que hace hoy a lo que hicieron hace 35 años, grupos religiosos, incluso el Vaticano moralizó una cuestión que es totalmente biológica, es un virus, y también los poderes económicos”, explica Eugenio Echeverría, curador de la exposición y fundador del Centro Cultural Border.
En la tercera sala de la muestra se pueden ver las reacciones de las personas con respecto a estos flujos de violencia. Son una suma de acciones de grupos e individuos en resistencia, además muestra la relación del sida con luchas hermanas, como con los movimientos feministas, los de liberación sexual, la lucha trans, migrante e indígena.
“Cuesta trabajo desentenderse de esas emociones que además te atraviesan y te condicionan, cuando vas por la calle y te gritan ‘puto’ lo que hace que no te voltees y contestes ‘chinga tu madre’ o te rías, es la vergüenza”, asegura Echeverría.
Las últimas tres salas resguardan testimonios en primera persona que parten de la estructura del mismo duelo tras un diagnóstico positivo de la enfermedad. A través del grito, del llanto y del baile invitan a los visitantes a expresarse y decir: ‘existo, vivo y aquí estoy’. “Si no gritas es porque estás muertx”, “Si no lloras es porque estás secx” y “Si no bailas es porque aun no sanas”, son las frases escritas sobre los muros de estas salas.
Murales, instalaciones, videoarte y documentos se conjugan en la muestra para presentar un análisis completo sobre el modelo de gestión política, social y cultural de la crisis del sida en México desde la década de 1980 a la fecha y así profundizar más. “Cada una de estas narrativas nos revelan problemáticas que nos hacen entender que la crisis del sida es un problema político”, dice el curador de la muestra.
Y agrega que tanto él como los artistas y activistas participantes se visibilizan como VIH positivos “en un ejercicio de volver a retomar estos activismos de los 90 que son necesarios porque es a partir del 1996 que viene todo el tratamiento atirretroviral, pero de repente el estatus de la persona VIH positiva empieza a ser no advertible, no se puede identificar un cuerpo VIH positivo, eso nos regresa al clóset, precisamente, para protegernos de ese estigma, sin embargo ese clóset está haciendo más daño que bien porque aquello que no se nombre, que no se enuncia, no puede ser sanado y ademas es muy difícil poder construir relaciones afectivas si no nos reconocemos entre pares”, señala Echeverría.
Para el curador de la exposición, el estigma ante el virus sigue muy vigente y activo y asegura que si las personas que lo padecen callan es por prudencia con respecto a la violencia o el castigo que pueden recibir por parte de la sociedad. “Lo que acabas haciendo es conservarlo dentro de tu intimidad, sin embargo lo que genera es que personas de repente no tengan aliados en esto y mueran. Así pasó el año pasado con un amigo mío cuando falleció , todos nos sorprendimos”, recuerda.
La exposición cuenta con los artistas activistas Ilsa Aguilar, Jonathan Amado, Natalia Anaya, Valentin Arcadio, Manuel Arellano, Jorge Bordello, Leomar, Vycktorya Letal LaBeija, Lucas Lugarinho, Eli Moon, Flor Nájera, Fernando Osorno, Darwin Petate, Orgy Punk, Manuel Solano, Sebastián Solórzano, Gizeh Trejo, Yahir Zavaleta, quienes se visibilizan como VIH positivos, y los respalda el apoyo de artistas y activistas aliados como el Taller de Documentación Visual, Luisa Almaguer, Erevank, Alejandro Brito, Siobhan Guerrero, Georgina Gutiérrez, Gloria Hazel, Juan Jacobo Hernández, Alberto Híjar, Carlos Rafael Manríquez, Damien Moreau, Alba Pons, Jorge Saavedra, Antonio Salazar, Alex Zuno.
Para el montaje de la exposición, instituciones como el Museo del Chopo y diversos especialistas prestaron documentos, entrevistas, revistas, carteles, audios y videos que expresan temáticas que van desde discursos sobre violencia sistemática hasta experiencias de vida de personas con VIH y jornadas de lucha contra el sida.
La exposición El chivo expiatorio: Sida + Violencia + Acción estará abierta hasta el 19 de agosto en el Museo de la Ciudad de México.
Echeverría grita desde el arte
“Esos sanos-equilibrados me apuñalaron las mil veces que me tuvieron miedo. Mil días para construir nuestra humanidad. ¿Qué hago con tu odio, que es ahora mi historia? Por eso no puedo dormir en las noches y tengo sueño durante el día. ¿Qué hago con tu odio? (El que me creí, con el que me daño, con el que te persigo”.
Así es como empieza el relato que comparte Eugenio en la exposición. Seis hojas sobre la pared reúnen su experiencia ante el VIH, su forma de afrontarlo y cómo es que grita para sentirse vivo.
En Venezuela, desde 2005 y hasta 2017, los fallecimientos por VIH/Sida se han incrementado un 94%
Se incrementó el número de mujeres mexicanas que reportan como único factor de riesgo el sexo sin protección con su pareja
En Chiapas en 2010, el ViH/Sida fue la principal causa de muerte entre mujeres de 25 a 29
En República Dominicana el VIH/Sida es la principal causa de muerte entre mujeres de 15 a 49 años
Entre 1983 y 2005, en México, el 16% de personas diagnosticadas eran mujeres, para 2017 subió a 21%