No hay quién ponga en duda que, si en algo brilló el Festival Internacional Cervantino fue en mantener a lo largo de sus 19 días las calles limpias y libres de basura. Mientras dentro de sus recintos se celebró “la fiesta del espíritu”, afuera diversas cuadrillas de limpieza trabajaron de lunes a domingo, 12 horas al día.
De seis de la mañana a seis de la noche, señoras y señores, en su mayoría de la tercera edad, recorrían todo el centro de Guanajuato con escoba en mano y una bolsa; su misión, que el esplendor de sus callejones y plazas públicas luzcan “a la altura de la ocasión”.
Por la tarde, alrededor de 40 personas se congregaron frente a la puerta de la Iglesia de San Diego, a unos pasos del Teatro Juárez. Todas y todos portaban su uniforme correspondiente, pantalón y chaleco anaranjado, camisa azul y una gorra; los reunieron para tomarles una foto y así comenzaran su jornada laboral.
Entre las personas se encontraba la señora Arcelia Mendoza Alvarado, quien platica a Reporte Índigo que ha trabajado por 18 años en las labores de limpieza en Guanajuato.
“Antes vendía barro, pero después me quitaron el puesto. Necesitaba trabajar, por lo que le pedí a mi hermana menor que me consiguiera trabajo, ella fue la que me metió aquí”, relata Mendoza.
Arcelia pertenece a una cuadrilla conocida como 24/7, del Sistema Integral de Aseo Público (SIAP), la cual se encarga de recolectar residuos que afecten el tránsito seguro de vehículos y personas en vialidades y espacios públicos.
Si bien, ahora dice estar orgullosa de su trabajo, incluso, sentir una enorme satisfacción que su labor sea reconocida, por un tiempo le causaba pudor.
“Me daba mucha pena, pero cuando se lo llegué a contar a mi mamá, ella me dijo que no tendría porqué darme vergüenza barrer, estaba ganando mi dinero honradamente, y este es un trabajo muy digno para todas nosotras.
Comparte que hace cinco años, en el Jardín Unión, cuando estaba en su ronda diaria, un grupo de jóvenes comenzaron a tirar unos platos con comida.
“Dijeron ‘es su jale, si no tiro basura no tiene trabajo’. A lo mejor mucha gente lo ve así, pero si supieran cómo andamos metidos entre la basura. Quisiera ver a esos que dicen que uno no hace nada, que somos huevones, dentro del contenedor o simplemente sacar con sus manos los papeles con los que se limpian la nariz, o que echan flemas, a veces te ensucias de eso; dicen que es bien fácil, pero no lo es”, explica.
En los últimos dos años lo que más han limpiado son cubrebocas, la mayoría recogidos de las aceras; los menos, directo del cesto de basura. Para la trabajadora de limpieza esto demuestra que en la sociedad no hay educación al momento de depositar la basura en su lugar; ni hablar de su correcta separación.
Trabajar durante el Cervantino
La señora Arcelia trabaja 12 horas al día, pero durante el Festival Internacional Cervantino su jornada puede aumentar por un par de horas más, sobre todo los fines de semana, cuando hay más gente paseando a cualquier hora del día.
Además de su sueldo normal, aclara que sí hay un aumento, seis mil pesos por trabajar los 18 días del FIC; más las horas extra. A veces come en media hora, otras una hora, todo depende de cuánto tarden en encontrar un espacio donde puedan calentar su comida.
“Casi todas las todas compañeras aceptamos trabajar más para que salga un poco más dinero. Es un lugar donde siempre hay mucha gente, pero, a veces, entre semana nos dejan salir a las tres de la madrugada”, indica.
Aunque las cuadrillas están formadas por mujeres y hombres adultos, la mayoría son gente mayor. Arcelia, por ejemplo, tiene 56 años; no obstante comparte que hay personas mucho mayores a ella.
“Me dieron mi base cuando cumplí cinco años, por eso, ahora ya con 18 años ni sueño por preguntar sobre mi jubilación. Tengo poco, debo cumplir 30 años trabajando, es echarle ganas. Sobre mi aumento, no sé cuándo nos van a pagar, lamentablemente, aceptamos trabajar así porque somos conformistas, porque ¿quién me los da en la casa”, concluye.
José Luis Albor, coordinador de Parques y Jardines de la dirección de Servicios Básicos, de Guanajuato, explica que la división de limpieza se compone de: Coordinación de Mercados; Rastro; Panteones; de Limpia y Recolección de Residuos Sólidos Urbanos; Parques y Jardínes; Alumbrado Público y Mantenimiento de Servicios Públicos.
Sin embargo, durante el FIC, todos colaboran 24/7 para poder cubrir toda la zona centro y los alrededores.
“Nuestra ciudad es sede de diferentes eventos y el Cervantino es el de mayor duración, por ende de mayor demanda de servicios. Lo que hacemos es un operativo integral, es decir, si bien nuestra labor primordial es de limpieza y aseo de calles, todas las cuadrillas se suman al personal de Parque y Jardines”, explica.
Desde la Plaza Cervantes, el Mercado Hidalgo, hasta la Ex Estación de Trenes, espacio donde mayormente llegan los automóviles de turistas, todo el perímetro debe ser cubierto con una cuadrilla de alrededor de 17 personas.
“En la zona centro hay una mayor fuerza operativa, pero todo esto se hace en toda la ciudad, desde las entradas principales, casetas de León, Silao e Irapuato. Tratamos de mantener aseada nuestra ciudad porque es la imagen que pretendemos darle al visitante y experimente su belleza”, aclara.
Tanto para el Cervantino como para el Día de Muertos, la ciudad se transforma, muchas de las calles se convierten en zona peatonal, y con ello se genera más basura. Por lo que su trabajo más arduo termina hasta mediados de noviembre.
“El operativo 24/7 no concluye hasta una semana después del Cervantino. Aunque no hay recursos que pudieran satisfacer todas nuestras necesidades, la Administración Pública hace un gran esfuerzo para dotarnos de lo mínimo indispensable para realizar nuestro trabajo”, finaliza Albor.
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