Los secretos de Chichén Viejo, el nuevo sitio arqueológico que abrirán en Yucatán

Este conjunto arquitectónico, que fue habitado por un personaje de élite, podrá recibir visitas en septiembre. Las últimas excavaciones en ese lugar han arrojado información nueva sobre la vida y rituales funerarios de la gran ciudad maya
Abida Ventura Abida Ventura Publicado el
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En los casi 30 kilómetros cuadrados que cubre la zona arqueológica de Chichén Itzá,  la maleza esconde todavía cientos de vestigios arquitectónicos que resguardan las claves para descifrar totalmente la historia de ese sitio maya.

Así permaneció por siglos Chichén Viejo o el conjunto Serie Inicial, una “pequeña ciudad” al sur del área central del sitio que, tras décadas de investigación, está lista para abrir al público a partir de septiembre, fecha en la que el presidente Andrés Manuel López Obrador planea hacer el primer recorrido de supervisión del Tren Maya.

Tal como lo anunció la semana pasada, el mandatario planea inaugurar entonces este espacio rescatado gracias al Programa Promeza, el plan del gobierno federal y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para mejorar zonas arqueológicas cerca de la ruta  del tren.

“La apertura se está previendo entre septiembre y diciembre, aunque los trabajos van a estar todavía realizándose, ya podríamos dar acceso a los grupos que lleguen hasta ese punto”, declaró en entrevista con Reporte Índigo el arqueólogo José Francisco Osorio León, recién nombrado director de la Zona Arqueológica de Chichén Itzá.

El investigador aseguró que están trabajando en la señalética de esa área y la de todo el sitio declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, pues las recientes investigaciones han arrojado información que cambia la visión tradicional, por lo que las cédulas informativas requerían actualización.

Uno de los espacios que ha dado nuevos datos es precisamente Chichén Viejo. Explorado desde hace décadas, este sector es uno de los conjuntos habitacionales registrados alrededor del área abierta al público y se trata de un espacio que fue habitado por la élite de la ciudad.

El conjunto está conformado por espacios habitacionales y pequeños templos que habrían sido habitados por un personaje de la élite, su familia y su ejército.

“De alguna manera es una pequeña ciudad, donde hay un palacio de este personaje, estructuras rituales y una serie de decoraciones importantes en los edificios”, dijo Osorio León.

Este personaje habría pertenecido al linaje Cupul, el cual estuvo a la cabeza del gobierno de Chichén por muchos años. Esto se deduce de inscripciones jeroglíficas halladas en el Palacio de los Falos y en la Casa de los Caracoles, dos espacios del conjunto principal donde habría habitado tal dignatario.

“Aquí aparece una especie de árbol genealógico donde se ve el nacimiento de un personaje a raíz de un bulbo que se abre y el doctor Peter Schmidt en su momento lo asoció con un tubérculo muy local, de tal manera que se aseveró que, probablemente, se trate del palacio donde residía el linaje Cupul, que para el posclásico (900 – 1500 d.C) tuvo todo el cacicazgo de la parte oriental y era uno de los linajes importantes del sitio”, explicó.

Tesoros iconográficos en muros

Chichén Viejo fue originalmente explorado en 1895 por Edward Thompson y hace un siglo, en 1923, por investigadores del Instituto Carnegie de Washington, D.C. No obstante, fue en los 90 cuando el arqueólogo alemán Peter J. Schmidt realizó trabajos de investigación sistemática y se intervinieron algunos edificios. Desde ahí, el sitio ha sido explorado por etapas y ha revelado la evidencia arquitectónica más temprana de la ciudad maya (hacia 600-850 d.C.), pero fue hasta ahora que el INAH tuvo recursos para consolidar sus estructuras y adaptarlo para visita al público.

Una de las áreas excavadas recientemente por el arqueólogo Osorio León y su equipo es el llamado Palacio de los Falos, donde destaca la iconografía que sobrevive en sus fachadas y muros, pues es como “un gran códice o un libro que nos da una narrativa muy importante y  consecutiva del personaje que lo habitó”. Es a través de esas inscripciones e imágenes que han podido descifrar los orígenes de ese noble, el tiempo que estuvo en el poder,  los rituales que realizaba y detalles sobre su ejército privado.

Las excavaciones permitieron localizar en este conjunto un recinto dedicado a la clase guerrera, donde habitaba el ejército que tenía a cargo la vigilancia del palacio y el cuidado de este personaje que más que gobernante, el arqueólogo prefiere describirlo como “un personaje que estuvo a la cabeza del gobierno”, ya que hasta ahora no está claro cuál fue la forma de gobierno de Chichén Itzá.

“No sabemos con precisión si el gobierno en Chichén era un gobernante, un rey o una serie de cabezas de linaje que estuvieron organizando toda la vida política, ritual, religiosa y económica del sitio”, indicó.

Señaló que entre la iconografía que se ha encontrado hasta ahora, han aparecido algunos nombres de personajes que se repiten en diversas inscripciones jeroglíficas, pero aún falta mucho por conocerse.

Afloran restos incinerados

Otro de los hallazgos en Chichén Viejo fueron una serie de entierros asociados a una plataforma que se asemeja a una tortuga, una construcción única en su tipo en el área maya y que está arrojando información inédita sobre los rituales de enterramiento que practicaban los mayas de esa gran ciudad

“Son varios entierros muy particulares, no son clásicos como podríamos imaginarnos en los contextos arqueológicos, estaban en una especie de excavación hecha, metieron el cuerpo, lo taparon y le pusieron algunas ofrendas. Igual se encontraron de manera dispersa restos de huesos humanos que probablemente tuvieron diversas maneras de entrenamiento”, detalló.

Otra de las sorpresas es que muchos de estos restos fueron incinerados, una práctica poco común y que sólo se ha registrado en otro entierro hallado en 2005 en ese mismo lugar. “Fue una especie de ritual de enterramiento muy particular, pero apenas es un ejemplo de los contextos funerarios que se conocen de una ciudad como Chichén, que en su momento pudo tener una población bastante grande, estamos hablando de un asentamiento de 25 a 30 kilómetros cuadrados”.

Una metrópoli por descubrir

Alrededor del área central de Chichén Itzá  abierta al público, hay otros 25 grupos habitacionales similares al de Serie Inicial todavía inexplorados, según el arqueólogo José Francisco Osorio León.

Por ahora, su registro sólo está en planos y mapas que han podido registrar gracias a reconocimientos con tecnología LIDAR. “Tienen una complejidad de estructuras y están dispuestos sobre cierta elevación, delimitados con murallas y puertas de acceso muy específicas, de tal manera que no podía entrar cualquier gente; fueron elaborados como para tener un control completo de la seguridad de los personajes que vivían ahí”, detalla.

Todo esto, dice, les da una visión más clara del ordenamiento de la ciudad y su distribución urbana.

Toma nota

Entre los trabajos de mejoramiento, Chichén Itzá también está por inaugurar su Museo Sitio, que se construye junto a un Centro de Atención a Visitantes (Catvi). “Estamos trabajando en la museografía y en la selección de piezas”, adelanta el arqueólogo.

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