Los porqués del insomnio, sus causas biológicas y psicológicas y propuestas de solución
La psicoterapeuta Martha Alicia Chávez platica sobre qué es el insomnio psicológico, un padecimiento del cual poco se ha hablado, pero que puede repercutir en la salud física y mental de los adultos
Karina CoronaLa vigilia y la salud mental están estrechamente ligados, sobre todo, después del periodo vivido con la pandemia, en el cual se calcula que más del 35 por ciento de la población mundial ha variado de forma desfavorable sus patrones de sueño, lo cual ha provocado problemas en su calidad de vida.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el insomnio es un factor de riesgo general para la salud física. Cada hora que una persona duerma por debajo de un promedio de seis por noche aumenta 0.18 en su índice de masa corporal y le incrementa un 20 por ciento su posibilidad de sufrir un evento cardiovascular.
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En el área neuropsiquiátrica, por ejemplo, se estima que aumenta tres veces el riesgo de presentar Alzheimer y padecer trastornos depresivos y de ansiedad.
“El insomnio de tipo agudo se incrementó durante la pandemia y se da cuando tenemos un problema o una situación estresante. Pero pocos saben que existe el psicológico y sus causas pueden ser un miedo a morir y a perder el control, los cuales se instauran desde la infancia por experiencias vividas.
“Por ejemplo, en mis 34 años de experiencia en la psicoterapia, me han tocado adultos que fueron abusados de niños, entonces generan una necesidad de vigilar y proteger, aprendieron a no rendirse al sueño profundo, porque hay que estar alerta por si entra alguien, o quizá vivieron un abandono y la noche representa una esperanza”, explica la terapeuta a Reporte Índigo.
Alicia Chávez, quien es una reconocida psicoterapeuta y escritora, aborda esta problemática en su libro Los porqués del insomnio (Grijalbo) en donde comparte cómo a través de la terapia los pacientes pueden explorar desde su adultez qué evidencias de la infancia pudieron haber ocasionado este trastorno.
“Se habla muy poco del insomnio psicológico, quise explorarlo profundamente y entenderlo para que la gente sepa que hay solución, que no tienen que vivir con esta tortura y busquen ayuda profesional para resolverlo”, apunta.
Ya sea por recordar alguna situación que genera estrés, perder un empleo, cerrar un negocio o la incertidumbre son factores que pueden mantener una vigilia.
La especialista argumenta que mucha gente desarrolló insomnio durante los últimos meses debido a la pandemia.
“La gente con insomnio despierta en la noche y lo que hace es tratar de distraerse, prende la televisión, se pone a leer, pero yo les recomiendo ver qué recuerdos o sentimientos llegan, porque ahí está la información que se nos va a mostrar cuál es la problemática que nos mantiene despiertos o que nos quita el sueño”, sostiene.
Al hacer este análisis, Chávez precisa que es un primer gran paso para entender cuáles son los asuntos que se deben tratar en terapia psicológica.
“Urge resolver esto, porque cuando dormimos se anulan todos los distractores del día que nos llevan a evadir, por ejemplo, los pendientes, por lo tanto surge el mundo interno y que nos pide ser atendido; esa es la parte, vamos a decir buena, la forma en que el insomnio nos da un mensaje, pero lamentablemente no lo escuchamos”, considera la terapeuta.
Consecuencias de un mal sueño
La falta de descanso o una calidad pobre del mismo puede traer consecuencias tales como:
- Depresión
- Dificultades de concentración
- Somnolencia diurna
- Cansancio constante
- Accidentes de tráfico y laborales.
- Irritabilidad
- Dificultades de memorización
- Desorientación espacial
Atender el insomnio
Alicia Chávez plantea la idea de “abrazar el insomnio”, convencida de la necesidad de enfrentar los conflictos por resolver, cuando, aclara, el origen de este trastorno es psicológico.
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Por ello, la importancia de atenderse, porque este trastorno del sueño puede surgir por factores como una predisposición genética, incluso, por deficiencias hormonales o nutricionales.
“Como casi todo en la vida es multifactorial, descubrimos que el insomnio psicológico puede ‘curarse’, pero probablemente también ya llegó a tener repercusiones biológicas, con deficiencias nutricionales por falta de sueño, dificultad de concentrarse, ansiedad, depresión, mal humor, problemas en mis relaciones, por estos estados emocionales, también se recomienda ir con un psiquiatra, quien me va a evaluar porque quizá necesite medicación”, detalla.
Y es precisamente en este punto cuando la terapeuta expresa que muchos de los pacientes dejan de tratarse, pues aún hay un rechazo y estigmas a este tipo de tratamiento.
“Es de locos, me voy a volver adicto a la medicación, mi personalidad va a cambiar y voy a andar como zombie, pero, al contrario, cuando se le tiene miedo y se satanizan estas cosas es porque no se entiende cómo funcionan”, abunda Martha.
La autora de Los porqués del insomnio aclara que una persona que no se trata el insomnio podría padecerlo toda su vida, incluso, su estado físico, emocional o de salud puede deteriorar.
“El asunto empeora, no va a mejorar, por eso insisto que se debe tomar acción para resolverlo, es un tema que no hay que tomarse a la ligera, es de salud pública. Debemos entender que nos va a afectar en todas las áreas de la vida”, concluye.
Causas del insomnio
El insomnio puede tener diversos orígenes, pero los más comunes son:
- Situaciones generadoras de estrés debido a problemas laborales, familiares, económicos, etc
- Condiciones físicas del espacio en el que se descansa
- Hábitos irregulares del sueño, así como cambios frecuentes de horarios a la hora de dormir o de levantarse
- Malos hábitos alimenticios
- Consumo de sustancias excitantes del sistema nervioso (té, café, alcohol, tabaco)
- Trastorno de estrés post-traumático: después de algún accidente, de un golpe o de un traumatismo
- Congestión nasal
El insomnio crónico
Se caracteriza por las siguientes particularidades:
- Dificultad para conciliar el sueño, necesitando más de 30 minutos para lograrlo.
- Dificultad para continuar dormido durante la noche, después de haber conciliado el sueño.
- Despertarse demasiado temprano y no poder volver a dormir, aun cuando haya tenido muy pocas horas de sueño.
- Mantenerse despierto más de 30 minutos durante la noche, al menos tres veces a la semana, por un periodo de un mes o más.