Disminuir la actividad física y dedicar la mayor parte del tiempo a estar sentados o acostados para utilizar dispositivos electrónicos podría generar daños en la salud mental y física de una persona. Alejandra Jáuregui, jefa del departamento de Actividad Física y Estilos de Vida Saludables del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), explica que a la falta de ejercicio y de cualquier actividad física se le conoce como sedentarismo.
“Evitar cualquier comportamiento que implique un gasto energético muy bajo ya es sedentarismo y lo podemos ver ahora con mayor agudeza debido a la actual emergencia sanitaria por COVID-19, donde al restringir las salidas, las personas se acostumbran a ver televisión y a trabajar sentados”, comenta.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) afirma que el sedentarismo, como un estilo de vida, se ha incrementado en los últimos años debido, en parte, a los avances tecnológicos, la inseguridad en los espacios públicos y la poca educación sobre los beneficios de la actividad física.
Además, otra de las consecuencias pueden ser las lesiones en los músculos, huesos, articulaciones y tendones, así como las afectaciones al sistema cardiorrespiratorio.
Mauricio Ravelo León, especialista en Fisioterapia de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Unidad León, destaca que al estar por tiempo prolongado frente a la computadora, ya sea por placer o por trabajo en casa, se comienzan a generar patologías.
Las más comunes, según el experto, son los dolores de manos; tendinitis de Quervain, que es el trastorno doloroso que afecta a los tendones ubicados en la muñeca del lado del pulgar, y el denominado test neck o dolor de cuello por textear
La investigadora del INSP enfatiza que no se debe pasar por alto el riesgo de padecer obesidad, lo cual no sólo podría generar otras complicaciones, sino que es un factor de riesgo para aquellos que llegaran a contraer el virus SARS-CoV-2.
Otro de los puntos críticos que destaca la UNAM es la disminución de fuerza o volumen muscular, lo cual ocasiona que las fibras musculares sufran un deterioro importante.
Ravelo León menciona que el sistema cardiorrespiratorio también se ve afectado, pues se presenta hipercolesterolemia (aumento de colesterol en la sangre) e incremento de triglicéridos, lo que a la larga puede ocasionar cardiopatías como infartos y dificultades respiratorias.
Asimismo, asegura que hay alteración en los procesos cognitivos, como la atención, y cuestiones emocionales, como estrés y depresión.
“Se ha comprobado también que los niveles de ansiedad, depresión y estrés pueden ser combatidos y disminuidos con actividad física. Si de por sí, tenemos problemas de salud mental con la pandemia por la incertidumbre que ésta ha dejado, nosotros tenemos que hacer lo que esté a nuestro alcance para poder disminuir los malestares”, agrega Jáuregui.
Además, la jefa del departamento de actividad física apunta la importancia de estar al pendiente de los niños, ya que, se sabe, el sedentarismo se ha marcado más en los menores.
“Ahora que los niños pasan más tiempo con dispositivos y menos oportunidad tienen de salir, se debe sugerir a los maestros que al dar las clases hagan pausas activas, mientras que los padres o tutores deben estar al pendiente de su calidad de sueño, pues con el estrés de la pandemia y el uso de dispositivos su calidad de descanso disminuye”, indica.
Combatir al sedentarismo
Para tener impactos positivos en la salud, el investigador de la UNAM propone que la instrucción básica se impulse con actividades deportivas y no sólo con juegos. También agrega que en los niveles más avanzados, por ejemplo en el superior, podría impartirse una materia en la que se aprendiera a planear una rutina.
“Para lograr que se convierta en un hábito es indispensable que sea continua y que le guste a la persona: pueden ser actividades como caminar, correr, utilizar la caminadora o la máquina elíptica. Se puede iniciar con caminatas, de tres a cinco veces a la semana, de 20 minutos, a un ritmo que permita tener conversación sin esfuerzo”, describe Ravelo.
Sin embargo, también señala la importancia de evitar excesos en el esfuerzo ya que puede ser peligroso. Una manera de detectarlos es cuando se presentan dolores musculares instantáneos.
Jáuregui agrega que otra de las actividades que pueden servir es tratar de disminuir el tiempo que se pasa sentado, por ejemplo, al momento de trabajar desde casa o tener a los menores en sus clases en línea, mantener la computadora o el dispositivo electrónico en una posición alta y así poder estar de pie.
“Hay que buscar alternativas que permitan pasar menos tiempo a ver a la tele, intentar jugar con la familia, sacar a caminar a sus mascotas si es que tienen, lo que les funcione para que puedan romper el ciclo de no hacer nada más que estar sentados, poco a poco podrán notar los cambios como mejor estado de ánimo y actitud”, finaliza.