La llegada del streaming a México cambió la forma de disfrutar productos audiovisuales y la televisión. Ahora, las personas saben que pueden ver su programa favorito a la hora y en el lugar que quieran, sin tener que mirar comerciales ni esperar una semana completa para ver otro capítulo.
Esta manera de consumir entretenimiento, de acuerdo con los medidores de audiencias, provoca que año con año la televisión pierda espectadores, lo que lleva a la cancelación o al cambio de horarios de diferentes productos. Difícilmente una televisora alcanzará los 19.2 millones de personas.
Actualmente, los programas no alcanzan raitings superiores al millón, por eso cuando pasa, los expertos se sorprenden y los denominan los nuevo fenómenos de la televisión.
Por ejemplo, el reality show ¿Quién es la Máscara? desde su estreno, el 25 de agosto de 2019, se apuntó un récord, ya que alcanzó 8.7 millones de personas, lo que lo convierte en el reality que más audiencia ha tenido en 2019 de toda la televisión mexicana. Su segunda emisión alcanzó 8.9 millones de personas.
Otra producción que rompió la barrera fue la serie La ursurpadora, basada en una novela de 1998, que en su lanzamiento, fue la más vista de toda la televisión mexicana, registró 3.9 millones de personas.
Con menos capítulos y dinámicas que involucran al espectador, las televisoras mexicanas buscan recuperar ese público que evidentemente perdieron.
La usurpadora original constaba de 120 episodios que tuvieron que ser reducidos a 25. ¿Quién es la Máscara? sólo tiene ocho.
La nostalgia es otro factor que las empresas audiovisuales quieren usar a su favor, por ejemplo, Televisa lanzó el concepto que han denominado “Fábrica de Sueños”, con el cual adaptará las telenovelas más exitosas de las últimas décadas, como La ursurpadora, Rubí y Cuna de Lobos, entre otros, pero en formatos más actuales y ágiles, para que el televidente las consuma.