L’Oréal, la empresa más grande de cosméticos en todo el mundo, cultiva piel humana asiática para terminar con la experimentación con animales en China, nación que representa un jugoso mercado de 32 mil euros, sólo por detrás de Estados Unidos, aunque no por mucho tiempo.
Desde hace varios años, L’Oréal dejó de probar sus productos en animales en Estados Unidos y la Unión Europea, sin embargo, aún aparece en la lista de PETA de empresas vinculadas a la experimentación de animales, pues en China es obligatorio probar los productos en animales.
De acuerdo con la organización animalista Humane Society International, unos 375 mil conejos, cobayas, ratas y otros animales son utilizados cada año en China para poner a prueba la seguridad de los cosméticos; pruebas que hoy en día son consideradas innecesarias y obsoletas.
En 2010, L’Oréal comenzó a cultivar piel asiática para terminar con las pruebas con animales en china. “Para el mercado chino es muy importante testar los productos en piel asiática, no en piel caucásica. Desarrollamos este método como alternativa”, agregó Pascale Mora.
De acuerdo con información del diario español, L’Oréal produce entre 100 mil y 130 mil unidades de piel humana cada año, además que cada dos centímetros cuadrados de piel se venden a otras empresas del gremio por 50 euros.
Para 2014, la empresa francesa abrió una fábrica de piel humana en Shanghái, China, y para noviembre de 2016, la Administración de Alimentos y Medicamentos de China aprobó por primera vez un método son animales para probar cosméticos.
“Pasar de experimentar con animales para cualquier cosa a aceptar un método alternativo fue un paso gigantesco”, señaló Nathalie Seyler, directora general de Episkin, la fábrica de piel de L’Oréal.
Aunque la experimentación con animales continúa en China, el método creado por L’Oréal ha abierto camino para que dentro de unos años se termine por completo con esta práctica que vulnera los derechos de los animales.