Lo rescatan del abandono. El Centro SCOP, ejemplo arquitectónico y muralístico único en el país, será un parque cultural en 2024

El Centro SCOP, edificio de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) que alberga un valioso acervo muralístico y que quedó en el abandono por los sismos de 2017, será, por fin, rescatado y convertido en un parque cultural al aire libre

El proyecto, que estaría listo en junio de 2024, contempla una sala de cine, un auditorio,  espacios para talleres culturales y artísticos, el rescate de un gimnasio en desuso, áreas verdes y un espejo de agua.

Destaca la conservación in situ de los seis mil metros de obra mural, concebida por importantes protagonistas de la plástica del siglo XX, como Juan O’Gorman, José Chávez Morado, José Gordillo y Guillermo Monroy, ya que después de los sismos de 2017 las autoridades de entonces anunciaron su desmontaje y traslado a lo que sería el nuevo aeropuerto proyectado en Texcoco, hecho que prendió las alertas de especialistas y defensores del patrimonio artístico debido a los riesgos que implicaría moverlos, fragmentarlos y sacarlos de contexto.

Después de varios años de negociaciones y exigencias por parte  del grupo En Defensa del Centro SCOP, conformado por investigadores, historiadores del arte, activistas, periodistas y vecinos de la zona, la Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), y la SICT darán paso a este proyecto de rescate que irá tomando forma en los próximos meses, según este grupo defensor.

Será Monumento Artístico

De acuerdo con Bautista Rojo, el anteproyecto cuenta con el respaldo del Ejecutivo Federal y pudieron conocerlo el viernes en una reunión con representantes del INBAL y la SICT.

Y aunque los presupuestos exactos y los tiempos de trabajo están por definirse, en dos o tres semanas se publicará la Declaratoria como Monumento Artístico del inmueble, que es un primer paso para su recuperación, ya que así pasará a ser protegido por la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos de México, lo cual obliga a las autoridades a su conservación, preservación y resguardo.

Laura González Matute, investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap) del INBAL, también integrante del grupo, explicó que con esta declaratoria, el Centro SCOP pasará a ser parte de la lista de Patrimonio Nacional, lo cual lo pone al mismo nivel de importancia que zonas arqueológicas o monumentos coloniales protegidos por ley.

Una medida que, además, garantiza su preservación como complejo arquitectónico, pictórico y escultórico en su conjunto, sin el riesgo de ser desmantelado, como se quiso hacer en el sexenio pasado.

“Ellos tenían la idea de llevar los murales al aeropuerto de Texcoco y lo iban a poner en el suelo, como un gran tapete, eso nos pareció fatal, porque todo se desmembraba y perdía totalmente su intención. Además, iban a llevarse solo una parte, todo lo demás se iba a perder o se iba a ir al extranjero”, recordó en entrevista la especialista, quien aseguró que fue esta situación la que los movilizó como grupo para exigir a las autoridades la declaratoria de Patrimonio de la Nación.

“El Centro SCOP es un ejemplo de un momento muy importante en la historia del arte mexicano de los años 50, cuando se da toda esta corriente llamada Integración Plástica, un experimento en el que interviene arquitectura, elementos ornamentales, como esculturas y murales”, destacó Matute.

Inaugurado en 1954, el proyecto de este edificio convocó a muralistas como Juan O’Gorman, José Chávez Morado, José Gordillo, Guillermo Monroy, Jorge Best, Arturo Estrada, Rosendo Soto y Luis García Robledo,  así como los escultores Francisco Zúñiga y Rodrigo Arenas Betancourt.

Los murales tienen una característica especial, subrayó González Matute, ya que plasman de manera alegórica el desarrollo de la comunicación en México.

“Ya no es el muralismo político, el de la hoz y el martillo, el de la Unión Soviética, sino que es un muralismo que da cuenta del desarrollo de la comunicación en México, se ven las trajineras y cómo se manejaban desde la época prehispánica, luego cuando aparecen los pequeños barcos y buques que son de vapor, hasta las últimas tecnologías de la comunicación terrestre y  telegráfica”, apuntó.

Por ello, este grupo de defensa, que está en proceso de formalizarse como asociación civil, celebra que el proyecto actual haya decidido no desmontar ni demoler los edificios que ya habían sufrido daños con el sismo de 1985, sino mantenerlos en la medida de lo posible para que funcionen como una especie de soporte de la obra mural.

“Los edificios ya no van a ser oficinas, todo eso va a quedar vacío y cuando mucho se podrá utilizar la planta baja y el primer piso”, comentó la investigadora.

Bautista Rojo precisó que fuera de lo que se consideraría área patrimonial, la torre de telecomunicaciones de la SICT sí volverá a ser ocupada como oficinas, ya que el edificio no está afectado.  Añadió que los detalles sobre los procedimientos técnicos y las instancias encargadas de la ejecución de la obra las conocerán en las siguientes reuniones con las autoridades, ya que acordaron reunirse cada 15 días.

El periodista dijo que la iniciativa también integró una petición que el grupo hizo desde el principio: tomar en cuenta a los vecinos de la Unidad Habitacional Narvarte, pues han sido los principales guardianes de esta obra monumental, principalmente cuando el predio quedó abandonado y grupos de personas lo han querido invadir.  Actualmente, el Centro SCOP y la unidad están divididos por una barda de concreto, la idea es tirarla para que queden integrados como un solo paisaje urbano.