Personas influyentes, celebridades y también gente común están reemplazando los avanzados teléfonos inteligentes por viejos dispositivos con tapas.
Entre quienes han optado por los dispositivos “obsoletos”, capaces solo de realizar llamadas y enviar mensajes, figuran celebridades como Scarlett Johansson y Rihanna; la editora de Vogue Anna Wintour; los multimillonarios Warren Buffett y Stephen Schwartzman, así como Danny Groner, un empresario de Silicon Valley.
Este último (un joven de 32 años, rodeado de tecnología en su oficina) explica los beneficios que saca de su rechazo a los smartphones. “Me preocupa que pueda ‘quemarme’. Me paso 13 o 14 horas al día frente a una pantalla. Eso es suficiente. No tienen que ser 17 horas”, afirmó, añadiendo que optar por un teléfono “retro” lo hace incluso un mejor trabajador.
Groner no sólo es joven, es gerente de la agencia de fotos Shutterstock, valorada en 1,200 millones de dólares, una de las grandes historias de éxito de Silicon Valley.
Las razones del ‘olvido’
A raíz del escándalo del espionaje masivo de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) revelado por Edward Snowden (2013), una de las justificaciones de los responsables de dicha agencia fue que en el caso de las llamadas telefónicas sólo recopilaban los números de teléfono y duración de llamada (metadatos), pero no escuchaban las conversaciones ni leían los mensajes.
Sin embargo un estudio reciente ha demostrado que los metadatos revelan gran cantidad de información personal como: identidad de las personas que hablan, estado de salud, red de sus relaciones personales, ideologías, preferencias religiosas y hasta su ubicación.
La afiliación política, las creencias o la salud, son datos personales de especial protección aun en países como México, donde las normas son más flexibles.
Espías perfectos
Un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, acaba de demostrar cuánto se puede saber con sólo conocer un número de teléfono, como los números a los que llama o envía mensajes y la duración de las llamadas o la longitud de los SMS (metadatos). Desde si uno vive en determinada ciudad hasta si sufre del corazón, pasando por quién es su pareja o sus simpatías políticas.
823 voluntarios instalaron en sus móviles la aplicación MetaPhone (ya no está disponible). La app registró las llamadas, los SMS enviados, los destinatarios y su duración. Con todos esos metadatos salientes y entrantes pudieron dibujar una gráfica con las conexiones (llamadas o SMS) entre los nodos (teléfonos). Antes de exprimirla para sacar toda la información, pidieron los perfiles de Facebook de los participantes. Con ellos diseñaron los algoritmos de predicción y, más importante, comprobaron que acertaban con un muy mínimo margen de error.
Aplicando el anterior estudio al caso de la NSA, el gobierno estadounidense pudo espiar a todos y cada uno de sus ciudadanos.
El estudio, publicado en la revista PNAS, va más allá. Buscando solo en Google y Yelp, se pudo identificar a un tercio de las personas que había tras los números.
“Los resultados del estudio muestran una de las perspectivas punteras de la ciencia de datos: la unión de datos heterogéneos ofrece más información que los datos por separado”, comenta el investigador de la Escuela Técnica Federal de Zúrich (ETH), el español David García.
Tu móvil te delata
En el estudio se determinó que, con 823 participantes con una mediana de llamadas de 337 durante dos meses, los expertos pudieron llegar a otros 62 mil números de teléfono que intercambiaron 1,2 millones de SMS y un cuarto de millón de llamadas (por defecto, el sistema Android solo conserva las últimas 500 llamadas).
Costumbres que delatan
Los humanos somos seres de costumbres así que tendemos a comprar en los mismos sitios, muchos de ellos cercanos al hogar. Partiendo de las llamadas realizadas a esos negocios, los examinadores vieron cómo muchas de las llamadas se hacían desde una latitud y longitud determinada: las coordenadas de nuestra casa. A esto se le suman los intereses o necesidades.