En julio del año pasado, la Escuela de Medicina de Harvard publicó un estudio en el que se daba a conocer que los casos de niños y jóvenes de entre ocho y 17 años con presión arterial alta han aumentado 27 por ciento.
Ahora, una amplia investigación encabezada por Norrina Allen, epidemióloga de la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern, en Chicago, demuestra que los jóvenes de entre 18 y 25 años que hoy sufren de una presión arterial elevada, son más propensos a desarrollar hipertensión y endurecimiento de las arterias –ateroesclerosis– en la edad adulta.
Ambos males pueden aumentar eventualmente el riesgo de sufrir un ataque cardiaco.
Allen advirtió en un comunicado que dado a que la presión arterial en la adultez temprana puede afectar al riesgo de enfermedad cardíaca más adelante en la vida, no se puede esperar a llegar a la mediana edad para hacer frente al problema.
“Si podemos evitar desde antes el aumento de la presión arterial, se puede reducir el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares futuros”.
Para realizar el estudio, cuyos resultados fueron publicados en Journal of American Medical Association (JAMA), los investigadores se basaron en datos de cerca de cinco mil hombres y mujeres de varias ciudades de Estados Unidos que participaron en el Estudio de Desarrollo de Riesgo Coronario en Adultos Jóvenes. Los participantes fueron seguidos a lo largo de 25 años.
Norrina Allen enfatizó que “necesitamos estar conscientes de que lo que sucede cuando somos jóvenes adultos tendrá un impacto” (en la edad adulta).