La sala de cine es un espacio de encuentro, un lugar donde la realidad se produce a 24 cuadros y a las fantasías se les da vida a la luz de un proyector. Y si bien los filmes son el ejemplo más concreto de lo que es el cine, este no inicia ni termina ahí. Para que un segundo se vea en pantalla se requiere de esfuerzos monumentales, decenas de personas trabajando al unísono para crear una verdad en película, y una vez exhibida otras tantas personas dedican su tiempo y su ingenio al disfrute y el análisis de lo que les fue mostrado.
En nuestro país el cine no es solo una importante industria, una que generó 11 mil 490 millones de pesos el año pasado, según el IMCINE, también es un bien cultural fundamental en el cual los mexicanos encuentran conexión. Pedro Kóminik y su nuevo programa, El Filmógrafo, quieren platicar de ello.
Para el cantante, actor, maestro y presentador de televisión, la puerta de entrada al cine mexicano no fue la sala sino la televisión. A través de los ciclos de cine de la Época de Oro que la pantalla chica presentaba en su hogar, un joven Pedro se sumergió en la filmografía nacional, con encuentros rodeando el armatoste de tv, con sentencias para ver películas de Mauricio Garcés o Andrea Palma se fue formando un gusto particular por el cine mexicano. Estas experiencias, que son personales y compartidas, son el núcleo de El Filmógrafo, transmitido los sábados a las 22:00 como parte de la parrilla de Canal 22.
“El Filmógrafo, esta nueva producción que estrena los sábados a las 10:00 de la noche con repetición los miércoles a las 7:00, es una serie de conversaciones que tuvimos con invitados de todos los ámbitos del quehacer, no solo actores, actrices y directores sino también políticos, políticas, deportistas y artistas plásticos sobre el cine mexicano. No desde una perspectiva culterana de los hacedores del cine, sino la experiencia que tenemos todas las personas como espectadores del cine mexicano. ¿Dónde fue tu primera experiencia con el cine mexicano? ¿Cuál fue la primera película que viste? ¿Cuál fue la primera película que te marcó? ¿Cuáles son tus creadores y creadoras favoritos? y de repente descubrir cómo el cine ha estado mucho más cerca de nuestras vidas y poderlo escuchar en voces de estos líderes de opinión, de cómo lo vivieron en su propio entorno familiar y de cómo impactó en ellos nuestro cine hace una experiencia maravillosa que estamos compartiendo ahora con el público”, comenta Kómink, en entrevista.
La complicidad del cine
Con una mezcla de las palabras “Filme”, el material que era sustento del cine, y “Chismografo”, esa travesura escolar en donde se pasaba un cuadernito lleno de rumores, el nuevo programa de Canal 22 entra en la parrilla en medio de un cine en el que, según datos de IMCINE, de las 258 cintas producidas en el país el año pasado solo tuvieron salida comercial 88 de ellas. Para el presentador de El Filmógrafo, la importancia de un programa como este recae en la posibilidad de dar luz adicional a un mercado de películas que pocas veces se tienen en mente y presentar un panorama más amplio al respecto.
“De repente ver que estos lugares de complicidad los compartimos muchos de los creadores que estamos ahora de este lado de las cámaras y darnos cuenta de que nuestros primeros contactos fueron muchas veces furtivos o en el entorno familiar en la pantalla de cristal y no la de plata sentimos que el cine mexicano es algo ajeno, y no. Es algo que ha venido marchando al lado nuestro y contando sus historias.
“Tener una idea de cómo afecta nuestras vidas para bien, y a veces para mal, el cine nacional no solo está en las personalidades glamorosas como Vanessa Bauche o Laura de Ita, sino también en los que jalaron el cable; El Filmógrafo es también un espacio para esas voces. Para los hacedores de cine, desde quien cargaba la claqueta hasta quien ahora está en la función pública, como Claudia Curiel, sancionando los presupuestos. Entender que el cine no es solo la cara de un actor o una actriz, el cine es, ahora nuevamente una industria, pero sobre todo es un, y va a sonar como un lugar común, espejo de la identidad nacional”, señala Kominik sobre la relevancia de programas como el suyo.
Nuevas narrativas
Con respecto a si el cine puede en realidad capturar la esencia de una nación tan diversa como la mexicana, Pedro opina que “México es un país de muchas naciones y creo que comentemos el error de pensar que hay una identidad nacional homogénea, pienso que la identidad nacional es prismática y que el cine ahora más que nunca lo demuestra. Películas como Música Ocular, de José Antonio Cordero, que comenzó como un documental y terminó volviéndose una especie de docuficción dónde personas no oyentes comenzaron a contar sus historias de pareja, de vida y de enamoramiento, ese filme ya es parte de la identidad nacional”, apunta Kóminik quien también pone la mira en historias del narcotráfico, movimientos sociales y comedias románticas para cuestionar su pertinencia y reflexionar al respecto.
Para Pedro, el cine mexicano actual tiene una fuerza importante en la producción de documentales y en las cintas capitaneadas por mujeres, también piensa que el cambio de sexenio va a implicar un vuelco en la producción nacional aunado a las narrativas causadas por la pandemia.
“Vamos a seguir viendo, uno, la resultante psicoemocional de la pandemia y, justo lo que está mostrando el documental, la necesidad de revelar al marginado. Hay una necesidad de revelar las otredades y creo que eso se va a asentar, no en balde, y quiero aprovechar para felicitar a Montserrat Marañon, Totem va a representarnos en la selección de los Oscar. Creo que va a haber un lugar, como en las relaciones humanas, de asentamiento del cine nacional en los próximos cinco años”, declaró Kominik.
Según la visión del presentador, este nuevo paradigma del cine mexicano estará timoneado por mujeres, como Tatiana Huezo, Natalia Beristaín o Ángeles Cruz, quienes detrás de la cámara priorizan la intimidad de la historia con la lente.