Limpian murales de Diego Rivera

Restauradores del Cencropam le plantearon a la SEP los materiales necesarios para asear cuatro pinturas de Diego Rivera, ubicadas en su edificación, que fueron halladas con excretas de ave
Fernanda Muñoz Fernanda Muñoz Publicado el
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Hace 97 años, el pintor mexicano Diego Rivera comenzó a crear cuatro murales, Los tejedores, La danza de los listones, La Zandunga y La fundición, dentro de las instalaciones de la Secretaría de Educación Pública (SEP), anteriormente exconvento de la Encarnación.

El pasado 27 de julio, se difundió que estas piezas habían sido dañadas debido a un presunto mantenimiento del edificio, el cual está ubicado en República de Argentina Número 28, Centro Histórico de la Ciudad de México.

Aunque medios nacionales señalaron que estas obras su puestamente tenían salpicaduras de pintura, realizadas desde noviembre de 2018, la Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) y la SEP, aclararon la información.

A través de un comunicado, se especificó que, tras difundirse un presunto daño a las obras, el INBAL hizo la revisión respectiva, con ayuda de especialistas del Centro de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam), instancia responsable de la conservación y restauración del patrimonio del siglo XX.

Se halló que los murales, ubicados en la planta baja de los Patios del Trabajo y de las Fiestas, están en buen estado de conservación, registrando salpicaduras que corresponden a excretas de aves que llegan a posarse sobre un ducto de cableado ubicado en la parte superior de los murales
Cencropam

Este lunes, los restauradores se reunieron para plantearle a la SEP los materiales necesarios para comenzar la limpieza de estos murales de Diego Rivera, considerados patrimonio artístico nacional.

El fresco Los tejedores, de 4.71 x 4.67 m, recrea el arte de hilar y tejer, a través de un telar de pedal, estructura de madera en el cual tres hombres tejen con destreza fibras multicolores para crear lienzos maravillosos.

Por su parte, La Zandunga, fresco de 4.71 x 3.61 m, muestra el colorido, la música y la algarabía de la fiesta tehuana, inmortaliza a la altiva mujer zapoteca y simboliza la comunión entre los hombres, quienes comparten la alegría por los frutos del esfuerzo y el trabajo.

En cuanto a La danza de los listones, fresco de 4.48 x 3.66 m, Rivera fusiona elementos de dos danzas, de los listones y de los arcos, con los cuales el hombre recrea los efectos de la naturaleza en su anhelo de integración y reconocimiento como ser vivo.

En La fundición, fresco de 4.37 x 3.14 m, recrea el proceso de fundición con el fuego abrasador que derrite el metal y los obreros que manipulan el crisol, mientras otros esperan la salida del material incandescente. Esta composición simboliza la estática social fracturada por la Revolución, la cual constituye un elemento purificador, moral e intelectual de la nueva nación mexicana.

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