El sistema de cuevas Rising Star, también conocida como la Cuna de la Humanidad, ha sido un sitio muy importante para los arqueólogos, ya que, de este lugar, ubicado en Sudáfrica, se han extraído restos de una de las especies más enigmáticas y precursoras del hombre moderno: el ‘Homo naledi’.
Esta ocasión no fue la excepción, ya que en 2017 se encontró el cráneo de un infante, al que los científicos han bautizado como Leti, proveniente de la palabra “Letimela” que significa “el perdido” en el idioma setswana; no obstante, este hallazgo fue divulgado recientemente en la revista PaleoAnthropology.
Leti: ¿cuál fue el hallazgo?
Leti fue encontrado en un lugar muy remoto y complejo del sistema Rising Star, a 12 metros de la Cámara Dinaledi donde estaban los restos de otros ‘Homo naledi’, de acuerdo con la Universidad de Witwatersrand.
En este lugar encontraron 28 fragmentos de cráneo y seis dientes del infante. Al analizarlos se llegó a la conclusión de que Leti murió hace 250 mil años cuando tenía aproximadamente 4 o 6 años de edad. Además, cuando lo reconstruyeron se encontraron muestras de las órbitas frontales y la parte superior del cráneo con algo de dentición, lo que indicaba que pertenecen a la misma persona.
💀📸FULL STORY: #ChildOfDarkness Meet Leti, a Homo naledi child discovered in the Rising Star Cave System that yielded Africa’s richest site for fossil hominins: https://t.co/0xBnm5BfjL #Homonaledi #TheLostOne pic.twitter.com/Q7CjciapGj
— Wits University (@WitsUniversity) November 4, 2021
“No hubo partes replicables cuando reconstruimos el cráneo y muchos de los fragmentos se reajustaron, lo que indica que todos provienen de un solo niño“, dice el Dr. Darryl de Ruiter, un paleoantropólogo.
¿Por qué Leti es muy importante?
El descubrimiento de Leti es muy importante para entender a su especie, su crecimiento, desarrollo y evolución, ya que anteriormente se habían encontrado otros restos de los ‘Homo naledi’, pero nunca de un infante.
Una de las primeras conclusiones a las que han llegado es sobre el tamaño del cerebro de esta especie, ya que estiman que el de Leti era de 480 a 610 centímetros cúbicos. “Esto habría sido alrededor del 90 al 95 por ciento de su capacidad cerebral adulta”, dice la doctora Debra Bolter, especialista en crecimiento y desarrollo.
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Así, aún hay mucho por descubrir de esta enigmática especie, ya que el descubrimiento del cráneo de un niño, en un lugar tan remoto no tiene explicación.
“Es solo otro acertijo entre los muchos que rodean a este fascinante pariente humano extinto”, dice el profesor Lee Berger, líder del proyecto y director del Centro de Exploración del Viaje Humano Profundo de la Universidad de Wits y explorador general de la National Geographic Society.