En el vasto universo de la literatura, las figuras maternas ocupan un lugar central, tejiendo historias de amor, sacrificio y sabiduría.
Desde clásicos de la literatura universal hasta joyas de la literatura mexicana, las madres han sido retratadas en una variedad de roles y personalidades, reflejando la complejidad de la experiencia humana.
A lo largo de los siglos, estas madres ficticias han encarnado virtudes, desafíos y sacrificios que resuenan. Entre las más destacadas se encuentra la inolvidable mamá de la literatura infantil, Mamá Osa, creada por el autor e ilustrador Maurice Sendak en su obra Donde viven los monstruos.
Mamá Osa personifica la comprensión y el amor incondicional mientras guía a su hijo Max a través de sus aventuras imaginarias. Además de ella, te dejamos algunas de las más memorables que han poblado las páginas de la literatura universal y mexicana, recordándonos la importancia y el impacto duradero del amor maternal en nuestras vidas y en nuestra imaginación colectiva.
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Max es un niño rebelde que sueña con ser un monstruo. Luego de hacer muchas travesuras, su mamá lo castiga enviándolo a su cuarto. 👦👹
Allí, las cosas comenzarán a transformarse.🚪🏞️
Lee una reseña de «Donde viven los monstruos», de… pic.twitter.com/cnxDBSyml6
— SEP México (@SEP_mx) April 25, 2024
Gertrude (Hamlet, de William Shakespeare)
Aunque su papel es controvertido, es una madre que lucha por proteger a su hijo, Hamlet, en medio de intrigas palaciegas y traiciones familiares.
Marmee March (Mujercitas, de Louisa May Alcott)
La amada madre de las hermanas March personifica la compasión, el coraje y la sabiduría, guiando a sus hijas a través de los desafíos de la vida.
Mamá Elena (Como agua para chocolate, de Laura Esquivel)
Con su fuerza y determinación, es un símbolo de autoridad y tradición en la historia mexicana, aunque su rigidez choca con el deseo de libertad de su hija Tita.
La que tuvo que vivir bajo las convenciones de su época y arrastrando con ello a su familia como es la Mamá Elena de la Garza de Como agua para chocolate (1992). pic.twitter.com/wMbpBaxM2e
— Niño del Paste (@NPMatu) May 11, 2022
Esperanza (Las batallas en el desierto, de José Emilio Pacheco)
Aunque no es la madre biológica del protagonista, la figura de Esperanza, madre de su amigo Carlos, representa la ternura y el afecto materno en medio de un entorno político y social tumultuoso.
Tita (Como agua para chocolate, de Laura Esquivel)
Atrapada entre el amor prohibido y las expectativas familiares, Tita encarna la lucha por la libertad y la autodeterminación en una sociedad conservadora y tradicional.