Lee… por tu bien

Leer no solo te permite abrir la imaginación y volar hacia mundos que solo cobran vida cuando una persona se sumerge en un buen libro. Esta actividad también brinda beneficios para la salud mental e incluso puede fomentar el fortalecimiento de la interacción social y las relaciones interpersonales.

María Alesandra Pámanes María Alesandra Pámanes Publicado el
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Leer no solo te permite abrir la imaginación y volar hacia mundos que solo cobran vida cuando una persona se sumerge en un buen libro. Esta actividad también brinda beneficios para la salud mental e incluso puede fomentar el fortalecimiento de la interacción social y las relaciones interpersonales.

La lectura puede ser un deleite para algunos, pero para otros es una actividad que para realizarla, necesitan incentivos, motivación o simplemente lo hacen porque forma parte de su programa académico. Sin embargo, a lo largo de los años, estudios han revelado que una persona que lee es más culta, sexy y atractiva para el sexo opuesto.

Una investigación publicada recientemente en Neurology, estableció que actividades como leer reducen el deterioro cognitivo, según los resultados de un análisis –post mortem– del cerebro de 294 pacientes que sufrieron demencia.

También se encontró menor tasa de deterioro cognitivo en los pacientes que solían llevar a cabo actividades como lectura, escritura y ciertos juegos, según publicó Scientific American.

No en vano los escritores y los arquitectos suelen vivir por largos años, aún tomando en cuenta que, con todo y los estereotipos, algunos de ellos son fumadores, ermitaños y bebedores de alcohol y/o café.

Annalisa Quinn, de NPR, apunta que este estudio, encabezado por un equipo de expertos del Rush University Medical Center, en Chicago, demostró que “los pacientes mentalmente activos –los que leen y escriben libros con frecuencia– tuvieron deterioro cognitivo a un ritmo significativamente más lento que los que tuvieron una cantidad media de esta actividad”.

Robert S. Wilson, uno de los autores de esta investigación, señaló que no se deben subestimar las actividades como lectura o escritura como parte de la rutina diaria, pues con el paso de los años, la capacidad cognitiva y de memoria se verán menos deterioradas.

Wilson y sus colegas encontraron que el deterioro fue hasta 32 por ciento menor en las personas que realizan actividades que estimulan el cerebro. Y la lectura es una de las más estimulantes.

En el caso de las personas que no suelen leer, escribir o practicar juegos que requieran de habilidad y actividad mental, su deterioro cognitivo  puede ser hasta 48 por ciento más rápido, de acuerdo a las conclusiones y los resultados de esta investigación.

Otros estudios, entre ellos uno a cargo de un grupo de psicólogos de la Universidad de Toronto, subrayaron que de los múltiples beneficios que brinda la lectura –y de los más inmediatos–, está el aumento de tolerancia hacia la incertidumbre.

De hecho, quienes son lectores ávidos suelen tener mejor capacidad para pensar ideas creativas y son más abiertos a escuchar más opciones e ideas frente a una misma situación. Y tienen menos necesidad de “clausura cognitiva” (necesidad de llegar a una conclusión rápidamente en la toma de decisiones y una aversión a la ambigüedad y la confusión), sobre todo los que tienden a elegir libros de ficción.

Clásicos de la literatura y estimulación cerebral

Leer los grandes clásicos de la literatura también tiene sus beneficios, en comparación con los que brinda “clavarse” en los libros contemporáneos.

Natalie Phillips y un equipo de neurobiólogos de la Universidad de Stanford, encontraron que leer por el placer de hacerlo provoca un incremento en el flujo sanguíneo y en la oxigenación de diversas áreas del cerebro.

Phillips analizó los escáneres cerebrales de participantes voluntarios e indicó que “poner atención a los textos literarios requiere la coordinación de múltiples funciones cognitivas complejas”. 

Y si se trata de un clásico literario, el cerebro ejercita áreas que casi no se trabajan durante el día, dependiendo del ritmo de vida que lleve la persona.

De hecho, las obras literarias de grandes autores como William Shakespeare, Victor Hugo, Miguel de Cervantes, Jane Austen u Oscar Wilde son una terapia estimulante y más eficaz para el cerebro y los estados de ánimo, inclusive son más estimulantes que los famosos libros de reflexión y autoayuda, según una investigación de la Universidad de Liverpool, en Reino Unido.

El beneficio se debe a que la literatura clásica estimula directamente la parte moral y social del cerebro, en cada línea que repasan los lectores, incitando a la autoreflexión.

Para esta investigación, los expertos británicos analizaron vía escáner cerebral a 30 voluntarios mientras se enfrentaban a títulos clásicos de la literatura de habla inglesa.

También se detectó que aumentó la actividad eléctrica cerebral conforme se complicaba la trama. Cuando los voluntarios leyeron la poesía de William Wordsworth, sus escáneres mostraron un incremento en la actividad del hemisferio derecho del cerebro, área que está relacionada a la memoria autobiográfica, las emociones, el aprendizaje y la creatividad.

Los beneficios de leer ficción

La lectura de obras de ficción, en comparación con textos de otro tipo de narrativa, también puede marcar la diferencia.

Un estudio titulado “Reading literary fiction improves theory of mind”, publicado en Science, reveló que leer ficción aumenta la capacidad empática de las personas.

Esto se debe al ejercicio de apreciación de otros mundos (inexistentes fuera de la obra en cuestión, tal como el pueblo “Macondo” en “Cien años de soledad”, de Gabriel García Márquez. Aunado al proceso de identificación con los personajes, que ayuda a que las personas identifiquen y comprendan las emociones de los demás.

Para llegar a esas conclusiones, los expertos de la New School for Social Research, de Nueva York, utilizaron técnicas de la “Teoría de la mente”.

Además, leer nos hace “sentir bien”. La Universidad de Búfalo realizó una investigación en la que se concluyó que los lectores sienten que forman parte de la comunidad narrativa, si se trata de la saga de “Harry Potter”,  el lector psicológicamente cree que es parte del alumnado de la Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, por mencionar un ejemplo.

Este sentimiento de pertenencia satisface la naturaleza social y comunicativa del ser humano y su necesidad de pertenecer a un grupo.

Este estudio fue publicado en Psychological Science.

Temporada de libros

Se recomienda leer durante todo el año, pero si se pudiera elegir una estación para sumergirse sin tapujos en el mundo de un buen libro, el otoño es la temporada ideal para hacerlo. El clima fresco, los sabores de café que llegan con la temporada (vainilla, de olla, calabaza y canela), así como  el espíritu otoñal, son la excusa perfecta para acudir a la librería de tu preferencia y abastecerte con los títulos nuevos de la temporada. Entre ellos  “Los años de peregrinación del chico sin color” (2013), de Haruki Murakami, en el que las metáforas y las tonalidades que simbolizan a los amigos del arquitecto Tsukuru Tazaki, el protagonista, irán a la perfección con un café latte.

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