La violencia de género es un asunto prioritario en la atención de muchos gobiernos; sin embargo, su expansión y normalización encienden las alertas y llaman a tomar acciones desde múltiples enfoques para erradicarla.
Para el dramaturgo y director Mauricio Montesinos fue muy importante desarrollar este tema con la obra Las salvajes gritan y levantar la voz sobre la violencia que se vive en las relaciones de pareja, pero sobre todo generar una interacción con la audiencia que lleve a cuestionar qué significa ser mujer y hombre en términos culturales, morales y sexuales.
“Desde los focus groups encontramos que a pesar de que las clases medias, que son la mayoría en este país, manejan un discurso liberal respecto a la diversidad, a la equidad y a otros temas sociales, en la práctica la mayor parte de la sociedad mexicana sigue siendo profundamente conservadora, hay temas de los que no se hablan, que es preferible callarlos y que derivan en las violencias que vivimos”, comenta Mauricio, al respecto de los motivos que lo llevaron a escribir y dirigir esta obra.
El proyecto presentado por Red Lab y el Colectivo Sin Fronteras se centra en la vida de Elena Rodríguez, mujer mexicana de vocación feminista que dirige la Casa Hogar Niñas con Corazón. Su vida cambia luego de que vive el suicidio de una chica de 15 años que estaba bajo su protección.
“Este caso es muy importante, porque nos deja ver cómo en la gran mayoría de los casos los mecanismos, los apoyos y la ideología misma no bastan para obtener justicia y, sobre todo, resolver sus propias carencias sociales y emocionales dentro de una estructura patriarcal, machista y violenta”, afirma el dramaturgo.
Las salvajes gritan es una obra que se integra en el discurso del Día Naranja contra la Violencia de Género conmemorado los días 25 de cada mes, ya que es muy importante para cada persona conocer de dónde viene la violencia en general y en las relaciones, ya no solo de pareja, sino en cada interacción humana y dentro de cada persona.
“Estamos muy conscientes y con mucha disponibilidad de que la obra está en este marco, y desde las disciplinas escénicas y desde el teatro queremos contribuir en esta toma de conciencia y provocar estos cambios estructurales que necesitamos como sociedad”, declara Montesinos.
Una obra disruptiva
Para el director y escritor de la obra, siempre ha sido muy importante llevar al teatro a nuevos horizontes y crear nuevas experiencias que puedan competir con los avances tecnológicos y las múltiples formas de consumir contenidos.
“El teatro, a pesar de que en México hay una oferta numerosa, está en permanente crisis, para mí, como creativo del teatro, es muy importante fijar una postura frente al quehacer teatral y frente a lo que se está haciendo en otros medios, ya que estamos compitiendo con el cine, la televisión y las plataformas, para mí es importante llevar el teatro a su máximo potencial, que tiene que ver con la imaginación”, afirma el dramaturgo sobre su trabajo artístico.
En esa búsqueda de apelar a la imaginación, el director planteó una escenografía figurativa, en la cual todos los elementos dieran la sensación al espectador de estar dentro de la Casa Hogar, sin verla directamente, además de complementar perfecto con la iluminación y la música para generar los ambientes necesarios: “Creo que si queremos competir, tenemos que impulsar a la audiencia a que pueda ver las imágenes en su cabeza”, complementa.
El resultado de esto, en Las salvajes gritan, fue una obra estimulante que invita a la introspección y de ahí a la reflexión interiorizada.