Las mujeres al volante
Casi todas las noticias respecto al nombramiento de Mary Barra como CEO de General Motors (GM), compañía que incluye a Cadillac y Chevrolet entre sus marcas, se enfocan en un factor que es difícil no notar: es mujer.
Es cierto que la nativa de Waterford, Michigan, es la primera mujer en encabezar la centenaria manufacturera en la que trabaja desde los 18 años, e incluso la primera en ocupar el puesto en una productora de automóviles.
Ana Paulina ValenciaCasi todas las noticias respecto al nombramiento de Mary Barra como CEO de General Motors (GM), compañía que incluye a Cadillac y Chevrolet entre sus marcas, se enfocan en un factor que es difícil no notar: es mujer.
Es cierto que la nativa de Waterford, Michigan, es la primera mujer en encabezar la centenaria manufacturera en la que trabaja desde los 18 años, e incluso la primera en ocupar el puesto en una productora de automóviles.
Pero más allá de su sexo, Barra ha logrado lo que pocos. pues su trayectoria de tres décadas en la empresa no deja duda de que merece su nueva posición.
Actualmente es Vicepresidenta Ejecutiva de Desarrollo de Productos Global, Compras y Cadena de Suministros, pero su historia con GM nos lleva a su infancia.
Su padre trabajó en la compañía, como fabricante de moldes de Pontiac, durante 39 años. Por ello fue una transición natural cuando Mary entró a estudiar Ingeniería Eléctrica en el Instituto General Motors, que actualmente se llama Kettering University.
Después de terminar su carrera, en 1988, entró a Stanford a estudiar un MBA (Maestría en Administración de Empresas), a través de un programa de becas de la empresa que ahora encabezará. Se graduó dos años después.
Su trayectoria continuó en una variedad de puestos de todo tipo y en el 2008 dio el salto a Vicepresidenta de Ingeniería de Manufactura Global.
Al año siguiente, en julio, se convirtió en la Vicepresidenta Global de Recursos Humanos. Y hace casi tres años ocupó el puesto en el que permanecerá hasta principios del 2014.
Cuando anunciaron su posición como Vicepresidenta de Desarrollo de Productos, quedó claro que no le teme a los retos y que es una líder innata.
“Hay presión en todos los trabajos”, expresó Mary Barra, “tengo el mejor trabajo en GM porque lidero a un equipo talentoso y dedicado que comparte una visión común: diseñar, construir y vender vehículos increíbles”.
La empresaria de 51 años, cuyo apellido de soltera es Makela, también tiene éxito en el ámbito personal, pues está casada desde hace 26 años con Tony Barra, con quien tiene dos hijos.
En el 2012, la revista TIME la reconoció como la número 41 en la lista de las mujeres más poderosas del mundo. Seguramente el próximo año escalará varias posiciones.
Una gota más
De todos los CEO de las organizaciones Fortune 500, la lista de las empresas más grandes de Estados Unidos, solo 24 son mujeres.
Este número representa un 4 por ciento, a pesar de que las mujeres son un 51 por ciento de la población del mundo.
Aunque eso explica la conmoción porque la nueva CEO de General Motors (que ocupa el lugar número siete en la importante lista) sea mujer, no deja de ser alarmante.
Y más allá de los retos que las mujeres enfrentan para obtener a puestos directivos y la muy discutida diferencia entre sus salarios y los de sus compañeros del sexo opuesto, alcanzar la posición no termina con su lucha.
Convertirse en CEO significa, en cualquier situación, ser objeto de escrutinio. Pero es difícil negar que las decisiones de las mujeres en dichos espacios son observadas a través de una lupa mucho mayor.
En este espacio hemos mencionado a Marissa Meyer, CEO de Yahoo, cuya cancelación del permiso de trabajar desde casa y su embarazo cuando su posición fue anunciada generaron controversia.
Fuera del mundo empresarial tampoco están en circunstancias ventajosas. Solo 18 por ciento de los asientos del Congreso de Estados Unidos están ocupados por mujeres. De hecho, hemos hablado sobre las deficiencias en la forma en que los medios las representan.
Talento no hace falta. Y como señaló Nilofer Merchant en la revista TIME: “Las mujeres manejan autos. Las mujeres compran autos. Las mujeres venden autos. Por lo tanto las mujeres deben dirigir compañías de autos. Sueño con el día en que su nombre e ideas (de Barra) hagan más noticias que el hecho de que es mujer”.