Las Marionetas de Hilo Quanzhou mueven más que solo títeres
Con un espectáculo que tiene raíces antiquísimas el Festival Internacional Cervantino trae a México una muestra de la cultura china
Pablo AbundizNo es un error pensar en China como una cultura milenaria, muestra de ello es la cuenta de su calendario, y el Festival Internacional Cervantino es el lugar perfecto para dar un escaparate a la tradición del país asiático. Las Marionetas de hilo de Quanzhou son un arte originado en las dinastías Qin y Han, doscientos años antes de nuestra era, que se conservan y llegan al público mexicano con una presentación sobre la ciudad que les dio su nombre, la técnica de fabricación de estos títeres y algunas de sus historias más destacadas como: Danza de León, El encanto del mono y el Borracho de Zhong Kui.
La compañía de Quanzhou llega a nuestro país y al Cervantino como parte de la Asociación Estratégica Integral entre China y México. Con apoyo del Ministerio de Cultura y Turismo de China esta presentación constituye una porción de la “Temporada de Arte Chino en México 2023”, en la que una serie de grupos artísticos del país asiático se presentan, durante el mes de octubre, en festivales culturales del territorio nacional. Según la embajada de la República Popular China los intercambios y cooperaciones culturales constituyen una parte importante de las relaciones binacionales pues contribuyen a la creación de espacios de complementación y promueven un futuro compartido para la humanidad desde las fuerzas profundas y duraderas del arte y la cultura.
A pesar de su antigüedad este arte ha conservado sus técnicas originales como el falsete, sus tambores de pie e instrumentos típicos que conforman un género en sí mismo. Con más de 700 obras originales que conservan las costumbres y creencias del sur de Fujian estas marionetas de hilos se han convertido en ritos importantes en la vida de las personas de esta región. La riqueza cultural de esta tradición se ostenta en su inclusión en la primera lista de patrimonio cultural inmaterial a salvaguardar.
Un monje sale de su templo para explorar el mundo, sin embargo un viento lo hace naufragar. La segunda obra de las Marionetas de hilo de Quanzhou divierte con su histrionismo y la expresividad que los títeres ofrecen.
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— Reporte Índigo (@Reporte_Indigo) October 14, 2023
Este es un espectáculo infantil y por ello se busca que las infancias que presencien los títeres de hilo no solo atestigüen las grandes historias que la cultura china tiene que ofrecer al mundo sino que también reflexionen sobre la importancia de temas como el cambio climático, la protección de las infancias y la construcción de un mundo mejor.
Y son precisamente los niños quienes, acompañados de sus papás, llenan las gradas de la Plaza San Roque. En un cruce de los característicos callejones de Guanajuato se levanta una carpa donde tres artistas manipulan los hilos en una tradición centenaria con tanta habilidad que pueden servir té en una copa miniatura. En la primera obra dos dragones bailan mientras arriba de ellos docenas de hilos vuelan en una danza acoplada perfectamente a la música tradicional que transforma el bajío en una provincia china.
Los aplausos inundan la Plaza San Roque cada vez que los artistas develan detalles, enfundan una espada miniatura, abren un abanico tan pequeño que no podría dar aire a una paloma, hacen una ceremonia de té enfrente de todos o transforman a una anciana en una mujer jóven. La destreza de las manos para crear con hilo una historia entendible y coherente mantiene a los niños asombrados y a sus papás aún más. La magia del movimiento es tan cautivante que ver a los artistas mover los hilos no rompe la ilusión, al contrario brinda al truco más realismo.
Con un mono tocando la guitarra casi con tanto virtuosismo como Carlos Santana las cinco obras que la compañía de Quanzhou presenta en el Festival Internacional Cervantino terminan. Con las quijadas de todos los espectadores en el suelo, con más exclamaciones y carcajadas de las que se pueden contar y con una ronda de aplausos que se extiende por varios minutos los artistas invitan a los niños del público a manipular versiones de los títeres del espectáculo. La fila se extiende mientras el sol comienza a bajar.