Guerrero y Canadá, distanciados a más de cuatro mil kilómetros, lograron estar juntos en un mismo lugar. Guanajuato los reunió para formar parte esencial del Festival Internacional Cervantino (FIC), con el objetivo de compartirle a los visitantes de esta celebración anual la cultura que les caracteriza.
En el Centro de Guanajuato, tanto el estado mexicano como el país norteamericano tienen una “Casa Cultural”, donde exhiben el arte que algunos de sus artistas originarios realizaron, así como artesanías y actividades.
Casa Guerrero está integrada por cinco salas. En la primera, la frase “Guerrero es mi Tierra” le da la bienvenida a los visitantes, hay vitrinas repletas con artesanías típicas, así como con diferentes tipos de mezcal.
Un par de papeles amates, hechos en las localidades de Xalitla y Maxela guían a los turistas a la segunda parte de la “Casa Cultural”, donde comienza el área de textiles. “Guerrero es un telar”, se lee en una de las paredes de la sala, resguardando huipiles, rebosos, camisas y bolsas traídas de Xochistlahuaca, municipio ubicado al sureste del estado invitado.
En la sala número tres, costureros y charolas artesanales hechos en Tamalacatzingo, Omalá y Oapanllenan llenan los estantes, donde también hay objetos de plata con hoja de milpa, provenientes de Temalacatzingo.
Mientras que en cuarta sala hay joyería de tres firmas diferentes (Los Castillo, Descocia y Daniel Espinosa), en la número cinco la pintura hace su aparición; cuadros de Ulises Bailon, Julia López y Casiano García repletan las últimas paredes de la “Casa Cultura Guerrero”, dejándole al visitante una experiencia totalmente colorida.
Quienes estén interesados en las piezas artesanales, se puede comunicar a la “Casa Cultura Guerrero”, la cual a su vez contacta a los futuros compradores con la Secretaría de Cultura del estado invitado.
Un Canadá por descubrir
Al entrar a “Casa Cultural Canadá” una pequeña muestra de British Columbia (BC) le da la bienvenida al público, para demostrarle la naturaleza que tiene el Estado norteamericano.
En una de las habitaciones de la Casa se presenta Un día en la vida de Noah Piugattuk, video-documental que se exhibió en la 58 Bienal de Arte de Venecia 2019, y que aborda la migración de las comunidades canadienses en los años 60.
En la terraza del edificio se ubica una pieza del artista canadiense Luke Parnell, quien durante una semana talló un pedazo de madera para construir una mámásca de águila.
En la misma zona, también se encuentra una pequeña exposición de fotografías titulada El Sonido que nos rodea, donde el turista puede tomar unos audífonos y escuchar lo que relatan las imágenes, como el ruido que hay en una playa o el que se encuentra en una ciudad como Québec.
