Larga vida a la paternidad

Cuando escuches a un papá o a una mamá quejarse porque el estrés que conlleva ser padre es demasiado, al grado de asegurar que su vida se está acabando, podrás contradecirlo con sustento suficiente.

Diversos estudios señalan que las personas que tienen más riesgo a morir jóvenes o bien, aumenta su tasa de mortalidad, son las que no han procreado. Incluso las que no han sido padres adoptivos, no necesariamente biológicos.

Cuando escuches a un papá o a una mamá quejarse porque el estrés que conlleva ser padre es demasiado, al grado de asegurar que su vida se está acabando, podrás contradecirlo con sustento suficiente.

Diversos estudios señalan que las personas que tienen más riesgo a morir jóvenes o bien, aumenta su tasa de mortalidad, son las que no han procreado. Incluso las que no han sido padres adoptivos, no necesariamente biológicos.

Y es que según una publicación reciente en el Journal of Epidemiology and Community Health, la tasa de mortalidad para las personas que no han sido padres –biológicos o adoptivos– es hasta cuatro veces más alta, en comparación con las que sí tienen hijos.

El estudio fue realizado por un grupo de investigadores daneses, a cargo del Dr Agerbo –de la Universidad de Aarhus– y constó con una población muestra de 21 mil 276 parejas que habían buscado FIV (Fecundación In Vitro) en los años 1994 y 2008. De este grupo de parejas, 15 mil 149 tuvieron hijos, mientras que 5 mil 354 no.

La tasa de mortalidad de las mujeres que no habían dado a luz era cuatro veces mayor que las que sí fueron madres y las mujeres que se convirtieron en madres adoptivas tenían dos tercios de probabilidad de una muerte prematura, una cifra que se ha reducido un 50 por ciento para padres adoptivos y biológicos.

Así que de las mujeres que dieron a luz, 33 murieron, mientras que las que nunca experimentaron la maternidad, fallecieron 56. 

Las muertes fueron atribuidas a causas como cáncer, algún accidente o problemas en el sistema circulatorio.

Algunos de los factores que tomaron en cuenta los expertos fueron  ingresos, educación y la edad. 

Siendo esos factores algunas de las variables que afectan la esperanza de vida. 

Una publicación en The Economist señala que los que no pueden fecundar in vitro tienen riesgo de morir por causas relacionadas a esa incapacidad y no solamente porque la falta de hijos aumenta el riesgo de una muerte prematura. 

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