La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió un comunicado en el que alertó por la crisis que se vive a consecuencia de la pandemia del COVID-19, misma que ha amenazado, incluso, la lactancia materna.
El organismo, y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), señalaron que a medida que los sistemas de salud se debilitan la industria de los sustitutos de leche materna ha puesto en duda la lactancia materna al comenzar una campaña en contra de esta.
En el comunicado, los organismos explicaron que los servicios de atención médica destinados a ayudar a las madres a amamantar, incluido el asesoramiento y el apoyo especializado en lactancia, son tensos como resultado de la crisis de COVID-19.
Además, las medidas de prevención de infecciones, como el distanciamiento físico, han dificultado la consejería comunitaria y los servicios de apoyo de madre a madre, lo que abrió una oportunidad para que la industria de sustitutos de leche materna disminuyera la confianza en la lactancia.
En la actualidad, sólo 41 por ciento de los menores de cero a seis meses de edad reciben lactancia materna exclusiva, una tasa que los Estados Miembros de la OMS se han comprometido a aumentar al menos 50 por ciento para 2025.
Agregaron que a pesar de que el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna prohíbe todas las formas de promoción de sustitutos de la leche materna, sólo 136 países de 194 analizados han implementado alguna forma de medida legal relacionada con éste.
Además, sólo 79 países prohíben la promoción de sustitutos de la leche materna en los establecimientos de salud, y 51 tienen disposiciones que impiden la distribución de suministros gratuitos o de bajo costo dentro del sistema de atención médica.
Y 19 países han prohibido el patrocinio de reuniones de asociaciones científicas y de profesionales de la salud por parte de fabricantes de sustitutos de la leche materna, según un nuevo informe de la OMS, Unicef y la Red Internacional de Acción de Alimentos para Bebés (IBFAN).
“El temor a la transmisión de COVID-19 está eclipsando la importancia de la lactancia materna, y en muchos países las madres y los bebés se están separando al nacer, lo que hace que la lactancia y el contacto piel con piel sean difíciles, si no imposibles”, señaló la OMS.
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